Semanas atrás, en diciembre, en la Iglesia británica sorprendió la noticia de la dimisión del obispo de Hexham y Newcastle, Robert Byrne. Y es que, a sus 66 años y tras desembarcar en la diócesis apenas en 2019, anunció que el liderazgo de la comunidad local se había convertido para él en “una carga demasiado pesada”, sintiéndose “incapaz de seguir sirviendo a la gente de la diócesis del modo que yo quisiera”.
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Sin embargo, tal y como ha informado ‘The Sunday Times’, la realidad de la Iglesia de Newcastle es mucho más compleja de lo que parecía a simple vista. Hasta el punto de que al obispo de Liverpool, Malcom McMahon, le ha sido encargado que investigue las circunstancias de la dimisión de su compañero. Todo tras trascender que, en 2021, pudo haber tenido lugar una “fiesta sexual” en un local perteneciente al complejo de la catedral de St Mary.
El suicidio del principal implicado
En dichos hechos habría podido estar implicado el decano del templo catedralicio, el sacerdote Michael McCoy, quien se habría suicidado al tener constancia de que la policía le estaba investigando por un presunto delito de abusos a menores.
Según ‘The Sunday Times’, McCoy, quien habría sido nombrado para dicho cargo por Byrne, habría sido el supuesto organizador de la fiesta sexual (se desconoce por el momento si con menores o no) en un local contiguo a la catedral durante el confinamiento impuesto por las autoridades en plena pandemia de Covid.
Ahora, la investigación deberá delimitar sin el obispo dimisionario tuvo constancia de dichos delitos y hasta qué punto han motivado una renuncia que él atribuyó a “cuestiones personales”.