Aunque la archidiócesis de Tarragona es de las más antiguas, también tiene que ponerse al día. Por ello, desde el pasado sábado día 21 de enero, el territorio diocesano ha reorganizado su acción pastoral con una nueva distribución. Para ello, el arzobispo Joan Planellas Barnosell firmó el decreto por el que se forman 5 nuevos arciprestazgos en sustitución de los 10 que existían hasta ahora, creándose un total de 24 Unidades pastorales.
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Un proceso de renovación
El proceso de eficiencia responde a “un proceso de renovación personal y comunitaria que, partiendo del proceso sinodal, posibilite una transformación misionera de las parroquias y comunidades diocesanas”, según explican desde la diócesis. Este nuevo mapa cuenta con la aprobación del Consejo Episcopal y cuenta con las aportaciones del Consejo Presbiteral, el Consejo Pastoral Diocesano y el Consejo de Arciprestes. Esta reorganización espera “atender convenientemente a las necesidades pastorales de las parroquias, teniendo en cuenta los cambios demográficos, sociales y pastorales que está viviendo nuestra sociedad” a través de las nuevas Unidades pastorales.
Los nuevos arciprestazgos son ya el Alt Camp (con 3 unidades), el Baix Penedès (con otras 3 unidades), el Baix Camp y Priorat (7 unidades); la Conca, Urgell y Garrigues (5 unidades); y el Tarragonès (6 unidades). En el documento del decreto se establecer las parroquias pertenecientes a cada una de las Unidades Pastorales ya que estas son “comunidades de fieles configuradas como una agrupación de parroquias, las cuales, conservando su identidad, sus derechos y sus deberes, comparten unos criterios pastorales comunes en clave misionera y sinodal por tal garantizar el cuidado pastoral de los fieles de todas las parroquias y potenciar y facilitar la creación de comunidades vivas y evangelizadoras”.
