No todo son caras largas ante la notificación oficial enviada desde el Vaticano a Alemania paralizando una de las iniciativas aprobadas por el Camino Sinodal como era establecer el ‘Consejo Sinodal’ a nivel nacional, diocesano o parroquial”. Ante el documento firmado por los cardenales Pietro Parolin, secretario de Estado; Luis Francisco Ladaria, prefecto de Doctrina de la Fe; y Marc Ouellet, prefecto de la Congregación de los Obispos, el cardenal Rainer Maria Woelki, arzobispo de Colonia, ha acogido con satisfacción la carta del Vaticano ya que considera que las reformas son sensatas y necesarias, pero solo en determinadas condiciones.
Woelki, junto a cuatro obispos más, había hecho llegar una serie de cuestiones a la Santa Sede en torno a las cuestiones en discusión dentro de la asamblea y tras la visita ‘ad limina’ de los prelados al Vaticano. Estos obispos plateaban, fundamentalmente, que la creación de un órgano sinodal permanente recortaría la autoridad de los obispos. Ante estas preguntas lanzadas por los prelados, la intervención vaticana, a juicio del cardenal, sirve para aclarar cómo pueden y deben llevarse a cabo nuevas conversaciones. Para él, señaló en declaraciones a los medios recogidas por el portal Katholisch.de, Roma simplemente ratifica que el Camino Sinodal no es competente para crear un consejo como el propuesto.
Ahora bien, reforzó su apoyo a las reformas dentro la Iglesia católica en cuestiones como la prevención de los abusos, que fue realmente “un punto de partida para el Camino Sinodal”. Además, destacó el principio de armonía de la Iglesia universal como una de las propuestas del papa Francisco a los obispos alemanes.