En la extensa entrevista que el papa Francisco concedió a la agencia Associated Press, hizo referencia, entre otros temas, a la situación actual de América Latina, el Sínodo y la Argentina.
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Consultado especialmente sobre el papel que juega la Iglesia en el “continente que lleva en su corazón”, ante problemas como la pobreza, la violencia, el descontento con la política y los efectos del medio ambiente, y las migraciones, Francisco consideró que la Iglesia se juega en el diálogo, en el servicio, y se equivoca cuando se pone como líder. “La Iglesia tiene que ayudar a que se sienten a la misma mesa. La mesa del negociado tiene que servir al pueblo, la Iglesia. A mí me gusta decirle a los curas que los quiero pastores de pueblo y no clérigos de Estado”, estimó.
Función de la Iglesia
Agregó que la Iglesia es servidora del pueblo de Dios y su función es el acompañamiento para todas las etapas de las personas: bautizar a los hijos, enseñar catecismo, acompañar al matrimonio, acariciar a los viejos. “La función de la Iglesia debe ser desde ahí. Lo cual no quiere decir que no dé su opinión también en problemas”.
El papa Francisco también habló de la gran tradición religiosa popular de América Latina: “eso ciertamente es una cosa del pueblo que arraiga”. Resaltó el tema del diálogo para acompañar los procesos más sociales, “pero desde la teología social de la Iglesia, pero no desde la adhesión partidista”.
El Pontífice indicó que el problema con la Iglesia es cuando se mete en estas cosas limítrofes y se equivoca, y pasa de pastorear esa situación limítrofe a enrolarse como político. “Y ahí tiene que hacer un discernimiento continuo… y cuesta”. Pero destacó que en Latinoamérica hay ejemplos muy grandes pastores del pueblo.
En cuanto al tema ambiental, señaló que la Iglesia denunció, por ejemplo, la deforestación de Brasil por industrialización. La actitud de la Iglesia, dijo, no fue de “lavarse las manos y decir yo no me meto en el ambiente”. Desde su opinión, hay que luchar para que haya una buena política ambiental, por eso escribió “Laudato Si”.
Argentina
Con respecto a la situación del país, Francisco expresó su preocupación. Dijo que él no hace política, sino que lee datos. Aludió al nivel de inflación que se vive en el país. Recordó que cuando el terminó el colegio secundario, en el año 1955, el nivel de pobreza en el país era del 5%. Y cuestionó: “Hoy está en el 52, creo. ¿Qué pasó? ¿Qué pasó? Mala administración, malas políticas”.
Mencionó también un chiste. Dijo que los ángeles custodios de los países se fueron a quejar a Dios y le dijeron a Dios: “Padre, tú fuiste injusto con nosotros, porque a cada uno de nuestros países le diste una riqueza: ganadería, agricultura, minería. Y a los argentinos les diste todo, Tienen toda la riqueza. Dijo que Dios pensó un poco y contestó: “Pero para equilibrar, le di a los argentinos”. Dijo entonces (antes pidió que no se enojen) que quizás algo de verdad hay, “por ahí no terminamos de llevar adelante nuestras cosas”, sentenció.
Con respecto a un viaje a la Argentina, aseveró que “por el momento, no”.
Sínodo: madurez de la Iglesia
Consultado sobre el proceso sinodal y la posibilidad de ver cambios reales. Dijo que la práctica de la sinodalidad la vienen realizando desde hace tiempo. Marca un rumbo; faltan ajustar algunas cosas. “La sinodalidad no es una actitud de hacer encuestas, no es ir a preguntar a la gente qué piensa, sino que es la participación del pueblo de Dios en la elaboración de la pastoral normal y en la elaboración de las decisiones. Y nosotros no estamos acostumbrados”, aseguró Francisco.
Aseguró que la Iglesia está aprendiendo. Hay todavía muchas imperfecciones y todavía tenemos que aprender. Hay que ver todo el proceso en este panorama de aprender a ser sinodales. Se hará en dos etapas, como el de la familia, para modular desde dentro y dar ya la teología sinodal, elaborada sinodalmente por todos.
Dijo que es un paso adelante… “un paso que es ¿democratizar la Iglesia? No, no es esa la palabra, sino que cada cristiano tome su responsabilidad y que no solo dé su opinión, se comprometa con su opinión”.
Yo quiero que la cosa salga bien. Pido para que salga bien, rezo para que salga bien porque es la madurez de la Iglesia. Y esto, ¿le va a quitar la autoridad al papa? No, nada, nada. Al contrario, la va a enriquecer más.