La Iglesia ortodoxa rusa ha propuesto que, con el objetivo de evitar el máximo número de abortos posible, la mujer tenga que pedir permiso al marido para llevarlo a cabo.
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Así, tal como recoge el medio Russia Post, el clérigo Fiodor Lukyanov, presidente de la Comisión Patriarcal sobre cuestiones familiares, protección de la maternidad y la infancia, lanzaba esta propuesta a los diputados de la Duma Estatal esta misma semana, ante la cual expresó su preocupación por el problema demográfico que sufre el país y pidió que se elaborase una propuesta de ley a partir de esto.
“Creemos que la interrupción artificial del embarazo a pedido de una mujer debe llevarse a cabo con el consentimiento voluntario no solo de la mujer misma, sino también de su esposo”, dijo Lukyanov, quien propuso, asimismo, la presencia de un psicólogo en el proceso de toma de decisión de la pareja.
Reducir las semanas y ecografía obligatoria
Por otro lado, subrayó la “importancia del asesoramiento previo al aborto”, en el cual se incluiría una “ecografía del feto”, ya que “escuchar el latido del corazón puede obligar a una familia a cambiar su decisión de abortar”. Mismo argumentario que utiliza Vox en España.
Además, Lukyanov pidió que se bajase el umbral para el aborto legal de la doceava semana a la octava, y que se elimine la salud del feto como uno de los supuestos de la lista de indicaciones médicas para el aborto. Quedaría, así, un solo supuesto: que el embarazo pudiera suponer una amenaza para la salud de la madre.