África

El grito de Francisco en RD Congo contra el colonialismo económico: “¡África no se toca!”





Tras un encuentro privado en el que ha tenido lugar el intercambio de regalos y la presentación de la familia del presidente de la República Democrática del Congo, Félix Antoine Tshisekedi Tshilombo, el papa Francisco ha acudido al encuentro con las autoridades, la sociedad civil y el cuerpo diplomático en los jardines del Palacio de la Nación, a quienes ha ofrecido un discurso basado en “una imagen que simboliza bien la belleza luminosa de esta tierra: la del diamante”.



Tal como ha señalado el Papa, Congo es “un diamante de la creación; pero ustedes, todos ustedes, son infinitamente más valiosos que cualquier bien que pueda brotar de este suelo fértil”. Así, Francisco ha animado a la población congoleña a levantarse: “vuelve a tomar en tus manos, como un diamante puro, lo que eres, tu dignidad, tu vocación de proteger en armonía y paz la casa que habitas”.

“Queridos amigos, los diamantes, que por lo general son raros, aquí abundan”, ha continuado, subrayando que, si bien “esto es cierto respecto a las riquezas materiales ocultas bajo la tierra, lo es mucho más en referencia a las riquezas espirituales contenidas en los corazones”. Por ello, el Papa ha expresado su deseo de que “la violencia y el odio no tengan ya cabida en el corazón ni en los labios de nadie, porque son sentimientos antihumanos y anticristianos que paralizan el desarrollo y hacen retroceder, hacia un pasado oscuro”.

Contra el colonialismo económico

Hablando del “desarrollo paralizado y del regreso al pasado”, Francisco ha subrayado que “es trágico que estos lugares, y más en general el continente africano, sigan sufriendo diversas formas de explotación”. Y es que, tal como ha recordado el Papa, “tras el colonialismo político, se ha desatado un “colonialismo económico igualmente esclavizador”. “Así, este país, abundantemente depredado, no es capaz de beneficiarse suficientemente de sus inmensos recursos: se ha llegado a la paradoja de que los frutos de su propia tierra lo conviertan en ‘extranjero’ para sus habitantes”, ha denunciado. “El veneno de la avaricia ha ensangrentado sus diamantes. Es un drama ante el cual el mundo económicamente más avanzado suele cerrar los ojos, los oídos y la boca”, ha aseverado Francisco.

Sin embargo, el Papa ha apuntado que “este país y este continente merecen ser respetados y escuchados, merecen espacio y atención”. Por ello, ha exhortado a los poderes extranjeros a que “no toquen la República Democrática del Congo, no toquen el África”. “Dejen de asfixiarla, porque África no es una mina que explotar ni una tierra que saquear”, ha añadido. “Que África sea protagonista de su propio destino”, ha apostillado, deseando que la comunidad internacional no se resigne “a la violencia” que devora el país. “Que los procesos de paz que están en marcha, los cuales aliento con todas mis fuerzas, se apoyen en hechos y que se mantengan los compromisos”, ha añadido.

Volviendo a la imagen del diamante, el Papa ha recordado que “una vez tallado, su belleza también deriva de su forma, de sus numerosas caras dispuestas armoniosamente”. De esta manera ha recordado que “también este país, adornado por su típico pluralismo, tiene un carácter polifacético. Es una riqueza que hay que cuidar, evitando caer en el tribalismo y la contraposición”.

Transparencia política

“Hablando de química, es interesante ver que los diamantes están compuestos por simples átomos de carbono que, sin embargo, cuando se unen entre sí de modo diferente, conforman el grafito. En la práctica, la diferencia entre el brillo de un diamante y la opacidad del grafito viene dada por la forma en que cada átomo está dispuesto dentro del retículo cristalino”, ha explicado. “Dejando de lado la metáfora, el problema no está en la naturaleza de las personas o de los grupos étnicos y sociales, sino en la forma en que deciden estar juntos. La voluntad o no de ayudarse mutuamente, de reconciliarse y empezar de nuevo marca la diferencia entre la oscuridad del conflicto y un futuro brillante de paz y prosperidad”.

Asimismo, el Papa ha pedido “transparencia” a los responsables políticos, para que favorezcan “la celebración de elecciones libres, transparentes y creíbles; ampliar aún más la participación en los procesos de paz a las mujeres, los jóvenes y los grupos marginados; buscar el bien común y la seguridad de la gente por encima de los intereses personales o de grupo; reforzar la presencia del Estado en todo el territorio; hacerse cargo de las numerosas personas desplazadas y refugiadas”.

“No debemos dejarnos manipular ni comprar por quienes quieren mantener al país en la violencia, para explotarlo y hacer negocios vergonzosos”, ha añadido, ya que “esto sólo trae descrédito y vergüenza, junto con muerte y miseria”. “En cambio”, ha apostillado, “es bueno acercarse a la gente para darse cuenta de cómo vive. Las personas tienen confianza cuando sienten que quien las gobierna está realmente cercano, no por cálculo ni ostentación, sino por servicio”.

Por otro lado, Francisco ha puesto de manifiesto el valor de la educación afirman do que “un diamante que se extrae de la tierra es genuino, pero está en bruto, necesita ser trabajado. Así también los diamantes más valiosos de la tierra congoleña, que son los hijos de esta nación, deben poder contar con oportunidades educativas sólidas, que les permitan aprovechar al máximo los brillantes talentos que poseen”. “La educación es fundamental, es la vía hacia el futuro, el camino que hay que tomar para alcanzar la plena libertad de este país y del continente africano”, ha aseverado, pidiendo “invertir en ella para preparar sociedades que sólo se consolidarán si están bien instruidas, que serán autónomas sólo si son plenamente conscientes de sus potencialidades y capaces de desarrollarlas con responsabilidad y perseverancia”.

Cuidado del medio ambiente

Además, el Papa ha señalado que el diamante, como “regalo de la tierra”, llama al cuidado de la creación y a la protección del medio ambiente. “Situada en el corazón de África, la República Democrática del Congo alberga uno de los pulmones verdes más grandes del mundo, que debe preservarse”, ha dicho. “Como en el caso de la paz y el desarrollo, en este campo también es importante una colaboración amplia y fructífera que permita una intervención eficaz, sin imponer modelos externos que sean más útiles para los que ayudan que para los que son ayudados”.

Para finalizar, Francisco ha recordado que el diamante es el mineral de origen natural con mayor dureza. “Su resistencia a los agentes químicos es muy alta. La repetición continua de ataques violentos y las muchas situaciones difíciles podrían debilitar la resistencia de los congoleños, socavar su fortaleza, llevarlos al desánimo y a replegarse en la resignación”. Pero, en nombre de Cristo y “en nombre de la dignidad y del valor de los diamantes más preciosos de esta espléndida tierra, que son sus ciudadanos”, el Papa ha invitado a los congoleños “a un reinicio social valiente e inclusivo”.

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Alicia Ruiz López de Soria, ODN







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