Manuel Carrasco, Almudena Ariza, Jorge Bustos, César Lumbreras… Son los nombres más reconocibles de los nueve galardonados con los Premios ¡Bravo!, las distinciones que anualmente concede la Comisión Episcopal para la Comunicaciones Sociales.
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El acto de entrega tuvo lugar en la sede del Episcopado español, un acto en el que participaron, entre otros, el nuncio Bernardito Auza y el secretario general de los obispos, César García Magán. Para el presidente de la Comisión para las Comunicaciones Sociales y obispo de Cartagena, José Manuel Lorca Planes, “la comunicación es un bien imprescindible para todos”.
No a lo correcto
Lorca Planes animó a los periodistas a ejercer su misión en libertad: “No dejéis que los políticos, o sus políticas, os vendan una verdad prediseñada, que las economías o los sistemas os limiten conocer la verdad, que lo correcto os impida mostrar la belleza, que las maldades oscurezcan las bondades”.
Con humildad, señaló que estos galardones “no son los Goya ni los Oscar, no tienen alfombra roja, pero tienen corazón”. A partir de ahí, enlazó con el mensaje de Francisco para la próxima Jornada Mundial para las Comunicaciones Sociales en la que insta a los comunicadores a tener “un corazón cercano a los que les rodean”. “En ese camino de comunicar con el corazón, me gustaría invitaros a estar cerca de los que sufren, de los que están tristes, de los necesitados”, completó.
Compromiso con las causas justas
“Estoy con un lío enorme preparando la gira, por eso no he podido asistir”. Con estas palabras, lamentó su ausencia el cantautor Manuel Carrasco, el más mediático de los premiados. “Me hace mucha ilusión que se premie mi labor, los valores y la manera de sentir que transmito a través de mi música”, añadió, comprometiéndose a la par por continuar defendiendo a través de sus canciones “por los derechos humanos, la integridad y las causas justas”.
Desde Corea del Sur, Almudena Ariza reivindicó un “periodismo constructivo y sanador”. Fue el alegato que lanzó la corresponsal de Televisión Española al recibir en la distancia el Premio Bravo de Televisión. La comunicadora se desmarcó de “un periodismo de trinchera que añade cada vez más tensión y división, drama y ruido”. En paralelo, defendió “el periodismo de denuncia, que nos de contexto y nos ayude a comprender la complejidad del mundo que vivimos”. Agradecida por el galardón, destacó de el jurado haya subrayado su defensa por los derechos humanos y la dignidad de los más vulnerables.
En nombre de la Fundación VIII Centenario de la catedral de Burgos, reconocido por el Premio ¡Bravo! Especial, el arzobispo Mario Iceta agradeció este apoyo al trabajo en materia de difusión de la cultura a través de la comunicación “a pesar de que la pandemia nos partió la celebración por la mitad”. “No sería posible enumerar en este breve espacio de tiempo los múltiples eventos evangelizadores, culturales, académicos, deportivos, musicales que se han desarrollado a lo largo de estos dos últimos años”, expuso.
