La parroquia de Santa María la Mayor, en Daimiel (Ciudad Real), ha sido la primera que ha puesto en marcha un proyecto verdaderamente extraordinario y a contracorriente: instalar un órgano antiguo –en este caso, un Stoltz Freres construido hacia 1865 y adquirido en Francia– para “realzar la liturgia y llegar a Dios a través del arte”, como define su vicario parroquial, Luis Eduardo Molina Valverde. “Es un modo potente, luminoso, de ofrecerle a Dios lo mejor –añade–, a través de un instrumento que ha sido y sigue siendo el gran instrumento de la Iglesia para la liturgia”.
El proyecto tiene ahora continuidad en la parroquia de San Andrés Apóstol, en Villanueva de los Infantes, donde está en proceso de montaje un órgano –esta vez inglés– también del siglo XIX y procedente de Londres. “Este era excesivamente grande para el sitio donde queríamos instalarlo en Santa María la Mayor y buscamos una alternativa”, precisa Molina. Encontraron entonces el Stoltz. “En el siglo XIX había varias casas de organería especialmente relevantes en Francia –manifiesta–, y Francia era la referencia a nivel mundial del órgano romántico, que era el que entonces imperaba”.
El Stoltz se bendijo en Daimiel –y con la antiquísima fórmula de “Despierta órgano, instrumento sagrado”– el pasado noviembre. El londinense lo acogió entonces Villanueva de los Infantes, ahora mismo en montaje. “Queremos que se sumen otras parroquias de la Diócesis de Ciudad Real que, por diferentes motivos, no han visto la oportunidad todavía. Esperamos que, conforme vayan funcionando estos órganos, se animen a recibir órganos antiguos e históricos y a encargar nuevos también, que tenemos buenas casas organeras en España”, prosigue Molina.
La parroquia de Santa María de Daimiel, como muchas otras iglesias, custodiaba un órgano tubular. El documento más antiguo conservado constata la presencia de un órgano en Santa María en el año 1509. “Teníamos noticias de que no solo en la parroquia, sino en otras muchas iglesias de la diócesis, había órganos tubulares, pero se habían perdido hace mucho tiempo. No queda documentación histórica de lo que pasó con el último órgano”, explica el vicario parroquial.
El nuevo órgano tubular romántico procede de un auditorio privado en Chabournay (Francia), cerca de Poitiers, aunque fue creado por la casa Stoltz para la iglesia de Sainte Margerite de Le Vésinet, cerca de París, donde estuvo hasta 1978, cuando fue adquirido por la familia Grimaldi-Magré, que ha sido quien ahora se lo ha vendido a la parroquia de Daimiel. En ese auditorio fue transformado en un órgano à tout jouer, que posibilita la interpretación de toda clase de obras del repertorio organístico.
La caja de este órgano romántico es de roble, de estilo neogótico, que armoniza bien con el retablo del altar mayor de Santa María. Cuenta con veinte registros distribuidos en dos manuales y la pedalera. “En Castilla-La Mancha no hay constancia de ningún órgano romántico de similar dimensión y calidad. En la mitad sur de España hay escasos instrumentos exponentes del romanticismo, como el excepcional órgano de la catedral de Murcia, obra de la casa Merklin o el recién instalado Cavaillé-Coll, el Stradivarius de la organería romántica, en Sevilla”, sostiene Luis Eduardo Molina.