El obispo caldeo de Alepo, el jesuita Antoine Audo, cree que “ahora lo más importante es estar cerca de la gente, que está aterrorizada”
Idlib (Syrian Arab Republic), 06/02/2023.- People walk near a collapsed building following an earthquake in Armanaz town, Idlib Governorate, Syria 06 February 2023. According to the US Geological Service, an earthquake with a preliminary magnitude of 7.8 struck southern Turkey close to the Syrian border, causing buildings to collapse and sending shockwaves over northwest Syria, Cyprus, and Lebanon. At least 221 people were killed and 419 injured in northwest Syria, with hundreds remaining trapped under the rubble, according to the White Helmets group, the Syria Civil Defence operating in the area. (Terremoto/sismo, Chipre, Líbano, Siria, Turquía) EFE/EPA/YAHYA NEMAH
El obispo caldeo de Alepo, el jesuita Antoine Audo, se muestra destrozado tras el terremoto que esta madrugada ha golpeado en la provincia de turca de Kahramanmaraş y que, además, ha tenido trágicas consecuencias para el pueblo sirio. Y es que, por ahora, en lo que muchos expertos consideran el peor terremoto en ocho siglos en la región, ya se teme que haya ocasionado más de 1.500 muertos en ambos países.
Como asegura a Fides, “ahora lo más importante es estar cerca de la gente, que está aterrorizada”. Porque, aunque hablemos de un pueblo que padece una de las guerras contemporáneas más trágicas que se recuerdan y que ha motivado un gran éxodo, “esta es una catástrofe a la que, por así decirlo, no estamos acostumbrados. Tras doce años de guerra, esta es una nueva bomba terrible, letal y desconocida que cae sobre nosotros”.
Ahora mismo, el panorama en Alepo es desolador: “Es una ciudad de dos millones y medio de habitantes sin electricidad, agua ni calefacción. Hace mucho frío, el invierno es duro. Veo a gente que se queda en la calle o se encierra en el coche. Tienen miedo, no saben qué va a pasar, porque quizá no haya terminado, y hay rumores de que podrían llegar nuevos temblores fuertes y devastadores”.