La comunicación llegaba directamente desde el Vaticano: a la hermana Angela Maria Punnackal y la hermana Massimiliana Panza les han retirado sus votos religiosos por atrincherarse en el monasterio de Santa Chiara in Ravello junto a la hermana Maria Cristina Fiore, de 97 años, a modo de protesta por el cierre del mismo y el traslado de las religiosas.
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“Desobedecieron a la Iglesia y a la Orden de las Clarisas Urbanistas de Italia. Quedan, pues, dispensados de las obligaciones derivadas de la sagrada ordenación”, se lee en la comunicación vaticana, tal como recoge Affar Italiani.
En los últimos meses, las tres monjas de clausura, para evitar el traslado y cierre del monasterio, habían donado al Vaticano el patrimonio inmobiliario del mismo, que ronda los 50 millones de euros, en un intento de que la Santa Sede revisara su idea sobre el Monasterio.
Acogidas por los vecinos
Sin embargo, la decisión de la congregación era firme y el convento se ha cerrado, lo que provocó el atrincheramiento de las religiosas como último recurso. Pero, aunque la situación se resolvió en pocas horas, tanto sor Angela como sor Massimiliana han sido castigadas y ya no son monjas.
Al despedirse de la hermana Maria Cristina, a quien ahora cuida una enfermera, las dos ex religiosas acudieron al pueblo de Ravello, donde fueron acogidas por los vecinos.