El doctor Patrick Theillier, autor del libro ‘Et si on parlait des miracles’ -‘Y si estuviéramos hablando de milagros’-, fue responsable del consultorio médico de Lourdes durante once años. En esta entrevista responde a la posición de la Iglesia sobre los milagros de Lourdes.
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PREGUNTA.- ¿Qué es la curación milagrosa?
RESPUESTA.- La curación es un hecho, un fenómeno que puede ser analizado por la profesión médica. Es el paso de un estado patológico a un estado sano. Es un fenómeno visible y observable. Para llamarlo milagroso, hace falta algo más. La curación milagrosa es mucho más que médica. Es el propio sujeto quien se da cuenta de ello. Hay una fuerte conciencia a otro nivel. Una persona milagrosamente curada experimenta una curación fuerte, inesperada. Ve en ello una intervención de otra parte. Ocurre algo que no es puramente médico. Algunos ven a Dios, otros no. Pero todos ellos se preguntan por el significado de esta curación.
P.- ¿Cómo funciona esto en la práctica?
R.- La persona tiene sensaciones que nunca antes había conocido, frío, calor, temblores. Sabe exactamente el momento, el día y la hora del acontecimiento. Dios no actúa en los pulmones, sino en el corazón. El origen de la curación divina está en el centro de la persona. Los testimonios de lo milagroso son reveladores: Pierre Bély se curó en 1996 de esclerosis múltiple.
Explicó que sintió que le invadía un gran frío glacial, que fue inmediatamente sustituido por un suave calor que se elevaba: “¡Sentí que me curaba!”, declaró. Volvía a sentir sus dedos, como si esa fuerza espiritual se extendiera por todo su cuerpo, incluso “en cada una de mis células”, dijo también. Las personas que viven esta experiencia no pueden olvidarla. Es demasiado fuerte. Su vida ya no es la misma. Ha habido vidas muy hermosas como resultado de la curación.
“Oír a alguien decir que se ha curado en Lourdes es muy conmovedor”
P.- ¿Cómo autentifica la Iglesia un milagro?
R.- Al principio es subjetivo, pero hay acentos de verdad, de sinceridad, que no engañan. Incluso yo sigo sorprendido. Oír a alguien decir que se ha curado en Lourdes es muy conmovedor. La persona ríe, llora. Corresponde entonces a la Iglesia, si se trata de una persona católica, confirmar o negar si realmente ha habido una curación milagrosa. Solo las curaciones físicas pueden ser objeto de un milagro. Debe haber una cicatrización orgánica, una lesión que pueda observarse. Es indispensable realizar exámenes adicionales antes y después. La curación debe ser objetivamente verificable.
P.- ¿Cuántas curaciones hay en Lourdes?
R.- Unas cincuenta al año… Pero muy pocos serán reconocidas. Los médicos que no creen en esto me dirán que son excepciones de la naturaleza. La medicina no es una ciencia exacta y, por supuesto, hay remisiones espontáneas, pero la gran diferencia es que una curación milagrosa es un acontecimiento fundacional en la existencia de una persona.
P.- ¿Su trabajo en Lourdes ha cambiado su visión de la vida?
R.- No, pero ha profundizado algo. Creo que participamos en el plan de Dios para el mundo, para su creación. Nada le es indiferente. Todo tiene un alcance mucho mayor de lo que imaginamos.
*Entrevista original publicada en La Croix, ‘partner’ en francés de Vida Nueva