El presidente de la Conferencia Episcopal Alemana, Georg Bätzing, no hace un balance especialmente satisfactorio de la fase continental del Sínodo de la Sinodalidad celebrado esta semana en Praga. Entre las fortalezas que ha visto en esta cumbre es que “ha salido a la luz” y se ha escuchado “en paz” toda la “tensión y diversidad” existente en la Iglesia católica Europa. Sin embargo, expone que “no hemos logrado más que un inventario”, tal y como comparte en una entrevista para el portal Katholish.de.
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Para Bätzing, esto se refleja en “la debilidad” del documento final, aunque valora que es un “primer paso”. De hecho, se muestra satisfecho porque en las sesiones se hayan verbalizado por otros países, más allá de las reivindicaciones germánicas, cuestiones como los derechos de la mujer, la exclusión del colectivo LGTBQ y la crisis de los abusos sexuales.
Tras estos días de trabajo, asume que “Praga fue agotadora y Roma lo será aún más”. “El Papa nos invita a una verdadera aventura con el Sínodo Mundial, eso nunca había pasado antes”, subraya el líder del Episcopado, con su demanda particular para que se reconozca el llamado Consejo Sinodal que ya ha sido vetado por el Vaticano: “Sería feliz si a nivel de la iglesia mundial se permitiera que en algunas iglesias locales sean posibles cosas que no son o aún no son relevantes en otras partes”.