Entrevistas

Gonzalo Villagrán: “La formación a distancia es un instrumento apostólico”

El jesuita es el decano de la Facultad de Teología de la Universidad Loyola





Gonzalo Villagrán Medina, SJ, es el decano de la Facultad de Teología de la Universidad Loyola y coordinador del clúster islamo-cristiano del programa internacional HEST (de centros universitarios de la Compañía de Jesús de Europa), además de profesor de Moral Social. El jesuita detalla la adaptación del centro de estudios a las necesidades de cada estudiante gracias al formato virtual.



PREGUNTA.- Desde hace unos años las facultades de teología y de ciencias religiosas están abriéndose a los programas online…

RESPUESTA.- Llevamos una larga experiencia acumulada. Ofrecemos la Declaración Eclesiástica de Competencia Académica (DECA) online desde hace años con notable éxito, por lo que hemos apostado por extender este formato a otros programas formativos.

P.- Además, la Instrucción sobre la formación a distancia de 2021 del Dicasterio para la Cultura y la Educación ha abierto nuevas posibilidades…

R.- Efectivamente. Como gran novedad, ahora ofrecemos desde la Facultad también el programa de Licentiatus en Teología (Nivel Máster) y el Grado en Ciencias Religiosas en modalidad a distancia de manera virtual sincrónica, es decir, el profesor y los estudiantes comparten un mismo espacio virtual en el que pueden hablar, verse y escucharse, fortaleciendo las comunidades de aprendizaje.

P.- Hoy en día hablamos de online, virtual, sincrónico… ¿Qué diferencia hay?

R.- El programa de DECA se ofrece en una versión plenamente online asíncrona, es decir, los alumnos trabajan en el horario que les conviene los materiales colgados en la plataforma. En cambio, en el caso de los programas propiamente eclesiásticos –Licentiatus en Teología y Grado en Ciencias Religiosas– las clases tienen un horario concreto, pero se pueden seguir a distancia por Internet. En este tipo de formación, el principal reto suele ser el tecnológico. No obstante, tenemos ya una dilatada experiencia con esta modalidad formativa y estamos preparados para impartir estos programas online con solvencia.

P.- Pero mucho más complicado ha de ser el reto de conseguir una comunidad de aprendizaje en un programa online…

R.- Efectivamente, la situación donde hay mucha menos socialización con pares suyos y donde el estudiante sale mucho menos de su espacio cotidiano para formarse exige un verdadero plus de creatividad por parte del profesor.

P.- Y más acompañamiento…

R.- Por eso destacamos la figura del tutor del programa. Proponemos también varios encuentros presenciales a lo largo del año. Son momentos de encuentro humano y espacios de diálogo, tutoría y solución de dudas. Si se saben plantear bien, estos espacios logran cubrir ampliamente esa necesidad de socialización.

Modalidad ‘online’ y presencial

P.- ¿Puede el online amenazar el grado ofrecido en presencialidad?

R.- No, en ningún caso. Se trata de modalidades diferentes con objetivos y públicos diferentes. La formación a distancia es actualmente un instrumento apostólico para poder ofrecer una formación de calidad a muchas personas que sabemos quieren formarse, pero no les es posible por la distancia geográfica o sus condiciones concretas.

P.- Continúan con los programas presenciales, pues.

R.- Con sus diversas modalidades. Nos funciona muy bien el programa que concentra la docencia en varios bloques intensivos presenciales a lo largo del año permitiendo seguirlo mientras se está trabajando.

P.- ¿Por qué inscribirse a un programa online?

R.- ¿Eres un adulto que quiere profundizar en la fe cristiana para poder hablar de ella en primera persona? ¿Eres un profesor que quiere hablar del cristianismo con mucho más fundamento de lo estrictamente exigido? ¿Eres un profesional con flexibilidad horaria, pero con dificultad de desplazamiento? ¿Vives en un lugar apartado? Adelante.

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