“La situación hoy en Alepo es catastrófica, estamos rodeados de caos y desolación”, explica desde Siria monseñor Mounir Saccal, director de OMP allí, y también vicario general de la Iglesia siro católica en Alepo. El terremoto sufrido se suma a once años de guerra, y a una situación desesperante de escasez de productos vitales para la vida diaria y bloqueo. “Hemos abierto para albergar a la población, iglesias y jardines de conventos”, afirma. “En este estado de crisis generalizada y gracias a la movilización de jóvenes ciudadanos y scouts, acudimos en ayuda de las personas en apuros, les proporcionamos mantas y comida, en la medida de las posibilidades de nuestras arcas, ya vacías por los años de guerra”.
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“Hoy enterramos a nuestros muertos, y evaluamos la escala de este desastre, dándonos cuenta de que somos incapaces nosotros solos de sufragar las necesidades económicas para reparar los daños”, explica monseñor Saccal. Por ello lanza un grito desesperado de auxilio, en una carta a OMP internacional. “Ayudadnos a que nuestros fieles que se han quedado sigan manteniéndose aquí, para proteger la cuna del cristianismo; apoyándonos económica y psicológicamente”. Y además de ayuda económica, solicita oración. “Recen para que nosotros, servidores de la Iglesia, tengamos la fuerza de dar consuelo a nuestro pueblo, para que pueda encontrar la fe y la esperanza de días mejores”.
Ante esta petición desesperada, OMP Internacional ha hecho un llamamiento a diferentes países a crear un fondo de emergencia, iniciativa muy celebrada también por el director nacional de OMP Turquía. “El fondo creado por las OMP es una cosa de justicia, porque la situación es bastante desesperante”, explica el fraile franciscano Adrián Loza, que lleva 5 años al frente de la institución en el país. “El fondo se usará respetando los criterios que establezcan la Conferencia Episcopal, teniendo presente que casi todo será destinado al vicariato apostólico de Anatolia que es el que ha sufrido más las consecuencias”.
Precisamente la sede de este vicariato está en la ciudad de Iskenderun. Allí la catedral se derrumbó la primera noche tras el terremoto, y solo quedó en pie una pequeña parte, donde están viviendo ahora las hermanas y el sacerdote. “No sólo están tratando de dar una mano a los vecinos en la medida de lo posible, sino que tienen a su cargo un grupo de su gente que ha querido buscar refugio en esta Iglesia católica”.
OMP España responde al llamamiento de Roma
“Estamos viviendo con gran dolor la tragedia en Siria y en Turquía por culpa de este terremoto terrible, Obras Misionales Pontificias no se puede olvidar de esa gente”, afirma José María Calderón, director de OMP España en un vídeo mensaje. “Os lo digo de corazón: no es nuestro fin primero el ayudar en estas catástrofes, pero salimos al paso porque no podemos cruzarnos de brazos”.
OMP ha dado este paso, por petición expresa de Roma, donde se encuentran los Secretariados Internacionales. Y las ayudas recogidas en todo el mundo se canalizarán a través de Roma: será el presidente de Obras Misionales Pontificias, Emilio Nappa, quien coordinará la distribución de las ayudas, en relación directa con las direcciones de OMP Turquía y Siria. Se utilizarán los cauces habituales para garantizar que las ayudas lleguen donde más lo necesitan las Iglesias locales. “Lo que tiene de ‘plus’ las OMP es que lo hacemos a través de las nunciaturas, para que ellas, junto con el director de Obras Misionales Pontificias de Siria o de Turquía, distribuyan ese dinero como crean que es más conveniente”.
Con esta iniciativa, OMP España se suma a tantas otras instituciones de la Iglesia católica que no son indiferentes ante el sufrimiento de sus hermanos afectados por los terremotos. Cada una, con sus cauces propios, están acudiendo en ayuda de Siria y Turquía.
La ayuda puede enviarse a través de la cuenta BBVA Emergencias: ES03 0182 1364 3300 1003 9555 o en la propia página web de OMP.