España

Ellacuría, referente de una mirada teológica sobre las migraciones

  • Jennifer Gómez Torres aborda en su doctorado en Comillas la hondura humana del jesuita asesinado en El Salvador
  • La colombiana, en España desde 2018, ha trabajado con Pueblos Unidos, CONFER, Migrantes con Derechos o Cáritas
  • Pide “huir de los prejuicios y valorar la migración como un ámbito amplísimo en el que caben todo tipo de experiencias”





Jennifer Gómez Torres, colombiana de 37 años, llegó a Alemania en 2016 para cursar un Máster en Trabajo Social-Educación e Integración en la Universidad Católica de Aachen. Gracias a sus muchas amistades entre los jesuitas, con los que se formó en su país, vino en septiembre de 2018 a Madrid para realizar un voluntariado en Pueblos Unidos, entidad de la Compañía de Jesús ubicada en el barrio de La Ventilla y en el que, en un ambiente hondamente comunitario, se ofrece un acompañamiento integral a personas migradas.



Después de esos meses de voluntariado, regresó a Alemania para terminar de escribir el TFM, con la idea de volver a Bogotá. Pero a Jennifer le surgió la oportunidad de regresar a Madrid para asumir una nueva tarea. Y ahí fue cuando surgió otro reto ilusionante: “Ser la responsable de Migraciones de CONFER. Un tiempo muy activo, pues lo compaginé, en ese primer año, con un Máster en Formación del Profesorado en Comillas y, luego, en la misma universidad jesuita, en el Instituto Universitario de Migraciones, con el inicio de un doctorado en el Programa de Migraciones Internacionales y Cooperación al Desarrollo”.

Nuevas perspectivas

En dicho doctorado investiga temas relacionados con la hospitalidad y la Teología de las Migraciones en el que aún estoy trabajando y en el que ofrezco el modelo de Ignacio Ellacuría como un referente en este sentido. Porque, aunque él no abordó temas sobre las migraciones desde un punto de vista teológico, su mirada tan profundamente humana nos da enriquecedoras claves en este campo, que necesita ser abonado tras el primer impulso que se le dio en los años 80 y 90”.

Desde esa clave, aunando reflexión y acción, la joven colombiana se ha volcado estos años en la respuesta a muchas personas que han debido abandonar sus países por circunstancias complicadas. También, durante un tiempo, asumiendo la responsabilidad de la Secretaría Técnica de la Red Migrantes con Derechos. Una perspectiva amplia en la que destaca los muchos matices que marcan la experiencia migrante, pues “es un proceso en el que todos podemos mejorar. Los que venimos de fuera, unos por situaciones de crisis y otros, como en mi caso, por el simple deseo de viajar, conocer otras culturas y continuar mi formación académica en Europa, tenemos ganas de seguir creciendo como personas y construir juntos sociedades diversas y acogedoras. Por eso es tan importante huir de las etiquetas y los prejuicios y valorar la migración como un ámbito amplísimo en el que caben todo tipo de experiencias”.

Reflexión y acción

Ahora, el reto que aborda Jennifer, mientras continúa con su doctorado en Comillas, es su nuevo trabajo en los Servicios Generales de Cáritas Española. Una tarea “en la que estoy ampliando una vez más mi propia mirada al abordar otras cuestiones distintas a las propiamente asociadas a la migración”. Un trabajo de acompañamiento a las Cáritas Diocesanas en el que, de algún modo, se plasman sus experiencias personales, desde sus años estudiando en la Pontificia Universidad Javeriana de Bogotá o su pasión por Ellacuría.

Un caudal de vida en el que, pese a su juventud, es mucho lo que está aportando a nuestra sociedad y a nuestra Iglesia.

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