Francisco ha recibido hoy en el Vaticano a una representación de Uniamo, asociación de la Federación Italiana de Enfermedades Raras. Y, durante el encuentro, el Papa no ha dudado en dejar de lado el discurso preparado, interrumpido por los niños y otros enfermos que se acercaron a él: “El verdadero sermón fue lo que ellos nos mostraron, con sus limitaciones, con sus enfermedades, pero nos hicieron ver que siempre hay una posibilidad de seguir adelante”, ha asegurado el Papa.
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Sin embargo, lo que sí ha hecho Francisco es animar a todos a continuar en la lucha. Así, ha resaltado el potencial que tiene una organización así “para hacer una contribución decisiva al bien común”. “Aquí está el punto decisivo”, ha aseverado el Papa, “no se trata de reclamar favores para la propia categoría, eso no es buena política, pero es cuestión de luchar para que nadie quede excluido del servicio de salud, nadie sea discriminado, nadie sea sancionado”.
Alcanzar metas lejanas
Y es que, tal como ha señalado Francisco, “realidades como la suya pueden presionarnos para superar las barreras nacionales y comerciales para compartir los resultados de la investigación científica, a fin de poder alcanzar metas que hoy parecen muy lejanas”.
“Claro, es difícil comprometerse con todos cuando ya es difícil enfrentar tu propio problema. Pero aquí radica la fuerza de la asociación y más aún de la federación: la capacidad de dar voz a muchos que, por sí mismos, no podrían hacerse oír, y por lo tanto representan una necesidad”, ha continuado. En este sentido, ha apuntado, “sería importante involucrar y escuchar a los representantes de los pacientes desde las primeras etapas de los procesos de toma de decisiones”.