Califican de injusto, arbitrario y desproporcionado el procedimiento por el cual el obispo ha sido condenado a 26 años de cárcel
El Comité Permanente del Episcopado chileno ha entregado una declaración en la que describen la situación que vive Rolando Álvarez, obispo de Matagalpa y administrador apostólico de Estelí, en Nicaragua, y concluyen afirmando que “como obispos de Chile, lamentamos y rechazamos la situación que vive el obispo Álvarez y la Iglesia en Nicaragua, que atenta contra los derechos humanos, la dignidad esencial de la persona y la libertad religiosa”.
Continúan los obispos diciendo: “Manifestamos nuestra solidaridad especialmente con los afectados y con las diócesis de Matagalpa y Estelí. Pedimos al Señor que en todo nuestro continente seamos fieles en el anuncio del Evangelio y en el servicio a nuestros pueblos, mientras invitamos a toda la Iglesia en Chile a orar por la Iglesia y el pueblo nicaragüense”.
En su declaración, los obispos recuerdan que al obispo Álvarez “se le ha acusado de menoscabo de la integridad nacional del Estado y la sociedad nicaragüense, de propagación de noticias falsas, obstrucción de funciones agravadas y desacato a la autoridad. Se ha decretado también la pérdida de sus derechos ciudadanos en forma perpetua. En agosto del año pasado había sido sometido a arresto domiciliario”.
Ante la sentencia del viernes recién pasado, en la que Álvarez ha sido condenado a 26 años de prisión, los obispos de Chile dicen que “Ahora, al negarse a ir al destierro, se le ha realizado un juicio rápido y se la ha aplicado esta pena. Este procedimiento a todas luces injusto, arbitrario y desproporcionado contra el obispo Álvarez, se suma a otras múltiples medidas aplicadas en los últimos meses contra fieles y organismos católicos: expulsión del Nuncio apostólico, expulsión de las religiosas Misioneras de la Caridad, destierro y encarcelamiento de sacerdotes, cierre de medios de comunicación. Todo esto en medio de diversas restricciones a las libertades civiles y políticas y el acallamiento de las voces disidentes del régimen, que se ha expresado el día de ayer en el destierro de más de 200 nicaragüenses de su país”.
Firman esta declaración los 5 integrantes del Comité Permanente presididos por el arzobispo de Santiago, cardenal Celestino Aós.