Rihanna hizo historia este madrugada. Y no solo por los más de 13 minutos de espectáculo que regaló a más de 100 millones de telespectadores repasando los grandes temas de sus ya 17 años de carrera musical, sino porque se ha convertido en la primera artista en presentarte en el ‘Half time’ de la Super Bowl embarazada. De hecho, la joven de 34 años, natural de Barbados, anunció al mundo que va a ser madre por segunda vez acariciando su barriga mientras sonaba ‘Diamonds’, uno de sus temas más populares.
El State Farm Stadium de Glendale (Arizona) acogió el regreso de ‘RiRi’ a los escenarios para ofrecer un recital descendiendo desde el mismo cielo en una plataforma transparente y vestida de rojo de arriba a abajo. Junto a ella, una legión de bailarines ataviados con prendas blancas.
Aunque debido a su embarazo no se mostró tan enérgica como acostumbra, comenzó fuerte cantando ‘Bitch Better Have My Money’, ‘Where Have You Been’, ‘Only Girl (In the World)’, ‘We Found Love’, ‘Rude boy’, ‘Work’, ‘Wild Thoughts’, ‘Pour It Up’, ‘All of the Lights’, ‘Run This Town’ y ‘Umbrella’, varios de sus temas más bailables.
Con prendas muy anchas para no desvelar el gran secreto, cuando sonó ‘Diamonds’ y los fuegos artificiales tiñeron el cielo, la artista abrió su abrigo para enseñar a su bebé, hermano del pequeño nacido en mayo de 2022 y del que no se conoce el nombre por deseo expreso de la cantante, que busca mantener a su hijo en el anonimato.
El cardenal arzobispo de Nueva York, Timothy Dolan, es un viejo conocido de la cantante. En 2018 fue el encargado de representar a la Iglesia en la Gala MET, en la que se presentaba la exposición ‘Heavenly Bodies: Fashion and the Catholic Imagination’ (‘Cuerpos celestiales: la moda y la imaginería católica’), para la que el Vaticano había prestado hasta 40 piezas. En una entrevista posterior, reconoció que las ideas preconcebidas que pudiera tener sobre los participantes, “a los que se tiende a caricaturizar”, se disiparon al llegar.
En otra entrevista, confesó que también hay gente a la que no ha gustado el evento. Sin ir más lejos, contó que sus obispos auxiliares se quejaban del vestido de la cantante Rihanna, a lo que él les contestó bromeando: “No deberíais quejaros, se ha ofrecido para hacer confirmaciones”. También en tono sarcástico, aseguró a sus entrevistadores que “muchos medios dicen que Rihanna llevaba una tiara. Es, de hecho, una mitra. Me la ha devuelto esta mañana“.
Dolan añadía entonces que “no encontré el espíritu de la gala blasfemo en modo alguno. ¿Fue arriesgado? Sí, pero no vi que nadie intentara ofender. Si damos una conferencia sobre imaginería católica en el museo, no va nadie, pero a una noche así va todo el mundo (…) por lo que solo puede ser para el bien de la Iglesia”.
Reconoce que al principio sintió cierta aprensión por el evento, imaginando que sería un desfile de irreverencias, pero tras asistir relató que muchos de los asistentes “reconocieron que no eran muy fieles a sus iglesias de origen, pero que una noche así les traía muy buenos recuerdos. Y yo pensé: ‘Vaya, esto si que es evangelización de la cultura'(…) Y si esto ayuda a la gente a redescubrir esas raíces de tradiciones y oración, entonces: aleluya“.
Por cierto, antes y después del mini concierto de Rihanna se jugó un partido de fútbol americano entre Philadelphia Eagles y Kansas City Chiefs. El título de la NFL fue para los últimos, pero ganar… ganó Rihanna.