39 migrantes murieron la madrugada de este 15 de febrero, cuando el bus en el que viajaban cayó por un precipicio. Venían desde la estación de recepción migratoria en Darién, en la frontera de Colombia y Panamá, y se dirigían hacia a la estación de recepción migratoria en Los Planes de Gualaca, Chiriquí.
La Red eclesial de migración, trata, refugio y desplazamiento Clamor ha lamentado lo sucedido y han expresado su solidaridad con las familias de las víctimas.
Para los integrantes esta red eclesial, presente en los 22 países de América Latina y el Caribe, “las víctimas de este fatal accidente son parte de los casi 40.000 migrantes que han cruzado Panamá desde que comenzó este año 2023, en su travesía hacia los Estados Unidos de Norteamérica en busca de un futuro con mayores seguridades y oportunidades”.
“El flujo de personas no se detiene, pero lo que sí parece detenerse es la determinación política dentro y fuera de los países expulsores para lograr condiciones de vida más dignas, justas y pacíficas en cada uno”, lamentaron.
Además han informado que la mayoría de heridos son menores de edad, mientras que con la muerte de estas 39 personas “sus familias perdieron sus sueños, ven exhaustas sus esperanzas, quedan sumidas en el dolor y en una situación de mayor vulnerabilidad. Expresamos nuestra profunda solidaridad con todas ellas”.
Se trata de corresponsabilidad de “diversos actores políticos, económicos, sociales y culturales en la creación de este drama migratorio que afecta a toda la Región”, por ello, “instamos a las autoridades a ejecutar políticas de desarrollo nacional y migratorias integrales que pongan a las familias y los derechos humanos como centro”.
“Nos unimos en un solo corazón para pedir al Dios de todo consuelo que se lo haga experimentar prontamente a las familias afectadas, restablezca la salud a las personas heridas, conceda luz perpetua a los fallecidos”, finalizaron.
Foto: Migración Panamá