La responsable de la campaña española en el país explica que la entidad ha ido adaptando su trabajo a las distintas fases del conflicto
Hace un año, la vida de millones de ucranianos cambió por completo cuando el conflicto, localizado en Crimea y el Donbás desde 2014, se extendió por Ucrania, provocando un desplazamiento de las personas sin precedentes. Tras un año de contienda, cerca de 7 millones de personas son desplazados internos y más de ocho millones han huido fuera de las fronteras, según las últimas cifras de ACNUR, la agencia de la ONU para los Refugiados.
Tras un año de contienda, “el país ha cambiado completamente”, explica la responsable de la Campaña ‘Cáritas con Ucrania’ de Cáritas Española, Carmen Gómez de Barreda. “El resultado es infraestructuras civiles y servicios sociales destruidos, infraestructuras energéticas dañadas, y 18 millones de personas en situación de ayuda humanitaria urgente”, añade.
Ante un escenario de destrucción masiva, la red de Cáritas que opera en el país -Caritas Ucrania y Caritas Spes-Ucrania- “han atendido a la población desde el primer minuto y sin descuidar a la población vulnerable que ya se atendía previamente”.
El año que la población ha vivido bajo la guerra ha sido muy duro. Esas circunstancias difíciles también han afectado al personal de Cáritas. “El personal es cuidador y víctimas al mismo tiempo, ya que muchas personas tienen familiares que han huido o han tenido que ir al frente”, comenta Carmen Gómez de Barreda.
El trabajo que la red de Cáritas lleva adelante “se ido adaptando a la evolución o fases por las que ha pasado el conflicto”. “De manera general, podemos decir que, en este primer año, la actividad principal ha sido la atención de primera necesidad de las personas afectadas (reparto de comida y enseres domésticos, apoyo psicosocial, alojamientos temporales, información…)”, apostilla.
El final de la guerra no parece estar en un horizonte cercano. Ante esta realidad, la red de Cáritas “se prepara para continuar el trabajo en la atención de necesidades básicas, mejorar o reforzar el acceso a servicios sociales de calidad, aumentar la cohesión social, consolidar la red de voluntariado, formación al personal… estas son prioridades que se han establecido en coordinación con todos los centros de atención, otros agentes sociales, y las autoridades locales”.