Desde el 20 hasta el 24 de febrero los países del Caribe se reunirán en República Dominicana para trazar la fase continental del Sínodo
La primera de las cuatro asambleas regionales, que el Consejo Episcopal Latinoamericano y Caribeño (Celam) ha preparado para celebrar desde el método de la conversación espiritual la fase continental del Sínodo de la sinodalidad culminó este 17 de febrero para los países de Centroamérica y México.
Ha habido balance positivo, que en palabras de Miguel Cabrejos, presidente del Celam y arzobispo de Trujillo, fue “una experiencia valiosa, inédita y eclesial” como aporte de este organismo a la Iglesia universal.
El prelado ha insistido que la sinodalidad “no es fácil de practicar, lo que demanda aprender a caminar juntos, inclusive con los que no nos entendemos”.
Justamente desde el 20 hasta el 24 de febrero los países del Caribe se reunirán en Santo Domingo (República Dominicana), luego llegará a Quito (Ecuador) hasta finalizar en Brasilia (Brasil) el próximo 10 de marzo.
Por su parte, Rafael Urrutia, canciller de la arquidiócesis de San Salvador, este encuentro tuvo especial inspiración en san Oscar Romero, quien “supo escuchar el Evangelio y en el Evangelio escuchar a los pobres, escuchar a los obreros, escuchar a los campesinos, escuchar a la Iglesia también y escuchar a la realidad, los signos de los tiempos”.
Mauricio López, del grupo de trabajo de la fase continental del Sínodo, ha señalado la importancia de una teología de la ministerialidad bautismal para “incorporar mecanismos y estructuras que permitan que la sinodalidad siga viva y adelante, con una mayor participación del laicado, de las mujeres en los espacios de toma de decisiones”.
El laico afirma que hay ciertos temores de querer ensanchar la tienda como la necesidad de la presencia de incorporar en los procesos evangelizadores al continente digital, como también seguir reconociendo a los pueblos indígenas, afrodescendientes y el cuidado de la casa común.
“Estamos ante un Sínodo que no es temático y sí un nuevo modo de ser Iglesia en el que se insiste en la capacidad de escucharse, de abrirse, de dialogar e interiorizar lo que el Espíritu nos va diciendo”, acotó.
María Dolores Palencia, religiosa mexicana y facilitadora en la asamblea regional, ha planteado que se debe revisar cómo se vive el compromiso bautismal para lograr un cambio en las maneras de actuar y de ser.
Sobre el método de conversación espiritual ha explicado que “quiere llevarnos a un discernimiento profundo y nos ayuda a escucharnos sin debatir, sin respondernos, sin querer convencernos y permitir que esa escucha entre en el corazón y mueva algo en nuestros corazones a partir de la palabra de todos”.
También ha instado a seguir buscando “los medios para escuchar más a los jóvenes, recordar que las mujeres tienen un aporte, un capital a ofrecer, pero también necesitan recibir el espacio, el cuidado de las familias, la centralidad de Jesucristo en el caminar, la importancia de una oración enraizada en la realidad”.
Foto: Celam