El cardenal Juan José Omella cuenta desde el 14 de febrero con un tercer prelado para acompañarle en el gobierno pastoral de la archidiócesis de Barcelona. El sacerdote de Terrassa David Abadías y Aurín (Barcelona, 1973) se une al triplete de auxiliares, formado ahora por él, Sergi Gordo y Javier Vilanova, puesto que Antoni Vadell, el otro prelado con el que contaba el también presidente de la Conferencia Episcopal Española, falleció el 12 de febrero de 2022 tras una larga enfermedad. Abadías, doctor en Historia de la Iglesia por la Universidad Gregoriana de Roma, será ordenado en la Sagrada Familia el 25 de marzo. Antes, habla con Vida Nueva sobre el nuevo encargo que le ha hecho el Papa.
PREGUNTA.- ¿Cómo recibe uno un nombramiento así?
RESPUESTA.- Con mucha sorpresa, la verdad, con alegría también, porque es una noticia bonita. Pero, sobre todo, con mucho respeto. Es cuestión de sentido común: no podemos ir de forma inconsciente. Es un respeto sereno, lleno de paz, en positivo. También vivo estos días con un poco de desconcierto, pero el Señor sabe lo que hace y en sus manos estamos.
P.- ¿Da vértigo la nueva etapa?
R.- Absolutamente. Estamos en un tiempo que no es fácil, pero lo cierto es que nunca ha sido fácil. Humanamente hablando siempre habrá dificultades. Es un tiempo de grandes retos y estoy seguro de que me toparé con cosas preciosas y otras que no lo son tanto, pero estamos aquí para servir, proteger, acompañar, ayudar y consolar. Da un poco de vértigo la responsabilidad, pero hay que darlo todo por Él y por su pueblo.
P.- ¿Qué le ha dicho Omella?
R.- El trato ha sido siempre excelente y cercano. Me ha dado mucha paz y tranquilidad por su serenidad, y eso ayuda mucho cuando llegas nuevo. Me ha invitado a ir poco a poco.
P.- ¿Qué se lleva en la maleta de Terrassa?
R.- En Terrassa he estado muy feliz. Me llevo mucho amor. Ha sido una experiencia muy rica. Mi vocación ha sido siempre parroquial y ha estado alimentada por las comunidades parroquiales en las que he estado, donde he encontrado a gente fantástica que me ha hecho sentir muy querido. Pienso mucho en lo que he recibido. Ha sido un regalo.
P.- Conoce Barcelona, porque es donde ha nacido. ¿Eso ayuda?
R.- Son quince años fuera, pero mi familia y el trabajo en la Facultad de Teología me han mantenido siempre apegado a Barcelona. Yo lo veo positivo porque lo que ya conozco me ayudará y lo que vendrá nuevo será un descubrimiento hermoso, eso seguro.