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Los tres desafíos al bien común que, según Francisco, suponen las nuevas tecnologías

El Papa ha recibido a los miembros de la Pontificia Academia para la Vida con motivo de la 28ª Asamblea General





El papa Francisco ha recibido hoy en audiencia a los miembros de la Pontificia Academia para la Vida con motivo de la 28ª Asamblea General, que se celebra en el Vaticano del 20 al 22 de febrero de 2023, sobre el tema ‘Convergiendo en la persona. Tecnologías Emergentes para el Bien Común’.



“Es una delicada frontera donde se encuentran el progreso, la ética y la sociedad, y donde la fe, en su perenne actualidad, puede dar un valioso aporte”, ha dicho el Papa durante su discurso. “En este sentido, la Iglesia no cesa de alentar el progreso de la ciencia y la tecnología al servicio de la dignidad de la persona y para un desarrollo humano integral”. Así, Francisco ha señalado tres desafíos sobre los que se debe reflexionar en esta nueva etapa tecnológica.

1. El cambio de las condiciones de vida del hombre en el mundo de la tecnología

“Sabemos que es propio del hombre actuar en el mundo de forma tecnológica, transformando el medio ambiente y mejorando sus condiciones de vida”, ha señalado el Papa. Y es que, si bien “en el pasado la conexión entre culturas, actividades sociales y el medio ambiente, gracias a interacciones menos densas y efectos más lentos, tenía menos impacto”. Sin embargo, hoy, “el rápido desarrollo de los medios técnicos hace más intensa y evidente la interdependencia entre el hombre y la casa común”.

“Varias crisis lo están demostrando”, ha recordado, “desde la pandemia hasta la crisis energética, desde la crisis climática hasta la crisis migratoria, cuyas consecuencias se repercuten entre sí, ampliándose entre sí”. Por ello, “un sano desarrollo tecnológico no puede dejar de tener en cuenta estos complejos entrecruzamientos”.

2. El impacto de las nuevas tecnologías en la definición de “hombre” y “relación”

“Especialmente en lo que se refiere a la condición de sujetos vulnerables”, ha dicho el Papa, “es evidente que la forma tecnológica de la experiencia humana es cada día más penetrante”. “Por lo tanto, es importante una seria reflexión sobre el valor mismo del hombre”, ha aseverado, subrayando que, “en particular, es necesario reafirmar con decisión la importancia del concepto de conciencia personal como experiencia relacional, que no puede prescindir ni de la corporalidad ni de la cultura”.

“Incluso dentro de los procesos de investigación científica, la relación entre la persona y la comunidad señala implicaciones éticas cada vez más complejas”, ha afirmado Francisco. “De manera más general, pienso en la urgencia de que la distribución de los recursos y el acceso a la atención beneficien a todos, de modo que se reduzcan las desigualdades y se garantice el apoyo necesario especialmente a los sujetos más frágiles, como los discapacitados, los enfermos y los pobres”, ha añadido.

3. La definición del concepto de conocimiento y las consecuencias resultantes

“El conjunto de elementos considerados hasta aquí nos lleva a cuestionarnos sobre nuestras formas de conocer, conscientes de que el tipo de conocimiento que implementamos ya tiene implicaciones morales en sí mismo”, ha dicho el Papa, señalando que, por ejemplo, “es simplista buscar la explicación de los fenómenos sólo en las características de los elementos individuales que los componen”.

“Se necesitan modelos más articulados, que consideren el entrelazamiento de relaciones de las que se tejen los hechos singulares”, ha concluido. Es paradójico, por ejemplo, al referirse a tecnologías para potenciar las funciones biológicas de un sujeto, hablar de un hombre “aumentado” si se olvida que el cuerpo humano remite al bien integral de la persona y por tanto no puede identificarse únicamente con el organismo biológico. Un enfoque erróneo en este campo en realidad no termina con aumentar sino con comprimir al hombre”.

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