Anders Arborelius, arzobispo de Estocolmo, profetiza una Europa con “una comunidad de fe más pequeña y perfilada en un entorno secularizado que tiene que trabajar de forma más evangelizadora”
El cardenal sueco Anders Arborelius, arzobispo de Estocolmo, habla abiertamente de la crisis abierta en Alemania a partir del Camino Sinodal. “Por supuesto que es preocupante que haya tantas dificultades en Alemania y también en otros lugares”, señala el carmelita en una entrevista al portal kath.net, aunque añade que “tenemos que tener esperanza y rezar para que el deseo de mantener la unidad en la fe sea más fuerte”.
El purpurado, que fue uno de los visitadores del Vaticano a la archidiócesis de Colonia, espera que las vías de diálogo de Alemania con Roma o las Iglesias de otros países de tradición protestante como es el caso de Suecia “sean fructíferas y puedan servir a la unidad”. De hecho, en la fase continental del Sínodo de Praga ha reinado, destaca “la disposición al diálogo y la apertura”. Un encuentro en el que expuso la vivencia de la Iglesia católica nórdica: “una comunidad de fe más pequeña y perfilada en un entorno secularizado, en el que la Iglesia está formada por creyentes de todo el mundo y que tiene que trabajar de forma más evangelizadora”.
Y es que en el país, destaca, hay “una cooperación ecuménica muy buena, en la oración, en la caridad, etc. Por eso es tan doloroso. Por eso es tan doloroso que aún no tengamos la misma fe cuando se trata de la Eucaristía y, por tanto, no podamos comunicarnos juntos”. Algo que hay que vivir haciendo que “los suecos inmigrantes se unan a los suecos nativos” ya que “muchos siguen considerando que la Iglesia católica es una Iglesia para inmigrantes”. “Nuestra Iglesia católica en Suecia tiene la tarea profética de mostrar la unidad en Cristo de personas de todas las nacionalidades y orígenes sociales”, reclama.