Los jesuitas endurecen las normas restrictivas contra Marko Rupnik prohibiéndole “cualquier ejercicio artístico público, especialmente en relación con estructuras religiosas (iglesias, instituciones, oratorios y capillas, casas de ejercicios o de espiritualidad)”. Y es que la comisión que gestiona las denuncias contra el religioso esloveno ha recibidos 15 nuevos testimonios, sumando ya 24. Esta restricción se añade a las tres existentes: prohibición de cualquier actividad pública ministerial y sacramental, de comunicación pública y de salir de la Región del Lacio (Roma).
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La Compañía de Jesús ha hecho público hoy un comunicado a través del delegado del provincial para las Casas y Obras Romanas Interprovinciales, P. Johan Vershueren –superior de Rupnik–, en el que informan sobre este nuevo paso dado dos meses y medio después de que hicieran público los hechos de los que se acusaba al sacerdote, entre los que se encuentran delitos de violación, tocamientos, y abusos psicológicos y espirituales a mujeres.
“Los comportamientos denunciados del padre Rupnik tuvieron lugar en diferentes periodos comprendidos entre mediados de los años 80 y 2018. Abarcan un periodo de tiempo de más de treinta años. La comisión propuso al Padre Rupnik reunirse con él para tratar el asunto, sin éxito. Dicha comisión ha recopilado un amplio dossier de su trabajo y se lo ha entregado al P. Rupnik. Este dossier va acompañado de las conclusiones sobre las diversas posibilidades de proseguir los procedimientos judiciales civiles y canónicos”, destaca el comunicado.
Y añade: “Muchas de estas personas no se conocen entre sí, y los hechos narrados se refieren a periodos diferentes (Comunidad Loyola, personas individuales que afirman haber sufrido abusos de conciencia, espirituales, psicológicos o sexuales durante experiencias personales de relación con el padre Rupnik, y personas que formaron parte del Centro Aletti). Por lo tanto, el grado de credibilidad de lo denunciado o presenciado parece ser muy alto”.
El procedimiento dará lugar a medidas disciplinarias
Verschueren ha estudiado el expediente y el dictamen de la Comisión. La naturaleza de las denuncias recibidas tiende a excluir la relevancia penal ante las autoridades judiciales italianas del comportamiento del Padre Rupnik. Sin embargo, la relevancia de las mismas denuncias desde el punto de vista canónico y en relación con su vida y responsabilidad religiosa y sacerdotal es bien distinta.
Así, el superior, “tras haber leído el informe y todo el dossier proporcionado por la Comisión –a quien desea aquí agradecer de todo corazón el enorme y delicado trabajo realizado– confirma que la variedad de los testimonios recibidos, junto con lo que ya se conoce, demuestra que deben ser tomados en serio y plenamente en consideración”. Del mismo modo, agradece a todos los “supervivientes” que han tenido “la fuerza” de contar sus experiencias “dolorosas”.
Por ello, “tiene la intención de iniciar un procedimiento interno dentro de la Compañía en el que el propio P. Rupnik pueda dar su versión de los hechos (cosa que no hizo ante la comisión, a pesar de haber sido invitado)”. “Este procedimiento puede dar lugar a medidas disciplinarias”, aclaran.