El obispo auxiliar de Madrid abre la jornada de estudio sobre abuso de poder y de conciencia del Instituto Teológico de Vida Religiosa
El obispo auxiliar de Madrid, José Cobo, está convencido de que la crisis de los abusos en el seno de la Iglesia es hoy “un terremoto que va más allá de lo que dicen los periódicos”. Es el balance que realizó uno de los pastores españoles que ha tocado más de cerca la realidad de las víctimas a través del proyecto Repara de acompañamiento auspiciado por la archidiócesis de la capital de España.
Cobo fue el encargado de abrir la segunda jornada de estudio sobre abuso de poder y de conciencia de este curso 2022-2023 organizado por el Instituto Teológico de Vida Religiosa. Cobo intervino antes del ponente principal, el agustino recoleto Antonio Carrón de la Torre, profesor del Instituto de Antropología y estudios interdisciplinares sobre la Dignidad y el Cuidado humano de la Universidad Pontificia Gregoriana.
El obispo auxiliar se hizo eco de cómo en los últimos meses escucha a no pocos responsables eclesiales preguntarse “cuándo se acabará esto para volver a nuestra tarea”. “¿Creéis que no es parte de nuestra tarea?”, reaccionó el pastor con otro interrogante, para sentenciar que “ este es nuestro ministerio hoy, es parte de nuestra misión de la Iglesia en este siglo”. “Si queremos responder a la misión, tendremos que responder a esta tarea”, dijo refiriéndose a la urgencia de salir al encuentro de las víctimas.
“Es una grave crisis que, con más o menos conciencia, estamos atravesando”, subrayó el pastor que enfatizó que “las víctimas nos duelen, son parte de nuestro rebaño, de nuestra comunidad de la Iglesia”. “Agradezcamos a las víctimas de todo tipo de abuso su valentía y su fe porque se han topado con el mal cara a cara sin escuchar muchas veces la voz amable de la Iglesia y sí una mala praxis institucional”, añadió, para aseverar que “sin las víctimas nos falta algo fundamental”.
“Detrás de esto está el demonio, decía el Papa cuando se reunía con los responsables de la protección de menores”, compartía el prelado con los asistentes a la jornada de formación, que recordó además cómo “en Cuaresma hablamos del mal y de sus heridas, por eso hablamos también de las heridas de la Iglesia y de su necesidad de conversión”.
Agradeciendo el paso adelante dado por la vida consagrada, el obispo apreció que “en medio de tantas resistencias, estáis aquí para reflexionar de este tema” y apuntó que “el abuso sexual es vecino del abuso de poder y de conciencia”. “Que nadie pueda desfigurar el rostro de Dios y de su Iglesia”, deseó Cobo sobre la especial relevancia de los abusos eclesiales, recordando que “en otras formas de abuso no se toma el nombre de Dios en vano”.
Por eso, instó a los presentes a ahondar en “cómo velamos por el uso coherente de la autoridad, cómo apoyamos o denunciamos la autoridad mal ejercida, si ocultamos o miramos para otro lado”. Entonando un mea culpa, concluyó señalando que “quizá hemos alardeado mucho de maestros y quizá no hemos sido discípulos”.