América

Los siete grandes aportes de la Iglesia amazónica a la “fase continental” del Sínodo

Vida Nueva hace un repaso de las propuestas que han hecho Ceama y Repam al Sínodo de la sinodalidad 2021-2024





La Conferencia Eclesial de la Amazonía (Ceama) y la Red Eclesial Panamazónica (Repam) han compilado en siete grandes puntos sus contribuciones a la etapa continental del Sínodo de la sinodalidad 2021-2024.



Así han informado ambas secretarías generales de estas instancias. Señalaron que tras participar en la primera etapa sinodal, cuyos aportes integraron a las síntesis locales de las conferencias de obispos, también han hecho un ejercicio particular para la etapa continental.

Adicional mencionaron que están participando de las asambleas regionales de países andinos y el cono sur, organizadas por el Consejo Episcopal Latinoamericano y Caribeño (Celam).

Los representantes de la Ceama y Repam detallaron que los aportes que hacen a esta etapa continental contienen “una visión de conjunto de la rica experiencia vivida en el proceso del Sínodo Amazónico”.

Además de “la vida de las Iglesias de la región registrada en el proceso de escucha, así como de los tres documentos del Sínodo – el Instrumentum Laboris, el Documento Final y la Exhortación Apostólica “Querida Amazonía”.

Al hacer un paralelismo con el Documento para la Etapa Continental del Sínodo han derivado tres dimensiones que conforman un aporte específico y sui generis de la Amazonía a la Iglesia: a) Intuiciones y experiencias nuevas; b) Tensiones e interrogantes; c) Prioridades y llamadas a la acción.

1. Arraigo a viejos modelos

En el primer punto han planteado “la conversión de la Iglesia y salida a las periferias”, por ello, urge una conversión integral y frente a esa exigencia “la gran dificultad es: desinstalarse de la acomodación para ser una Iglesia en salida”.

El problema radica en “el arraigo a viejos modelos del pasado, la vigencia de la pastoral de conservación (Med 6.1), el clericalismo y el peso de estructuras caducas, todo ello respaldado en el miedo de avanzar y de crear lo nuevo que nos permita convertirnos”.

Para la Iglesia en Amazonía, como plantea Francisco en Laudato Si’, “la conversión integral implica: dejar brotar todas las consecuencias del encuentro con Jesucristo en las relaciones con el mundo que los rodea”.

2. Iglesia con rostro propio

“Iglesias Locales con rostro y corazón propios, encarnadas en la realidad de sus pueblos”, es el segundo punto que han planteado Ceama y Repam, en el que han recordado que durante el Sínodo amazónico escucharon “el clamor de sus pueblos por una Iglesia con rostro amazónico, encarnada y configurada en sus culturas, sujeto de una evangelización inculturada y en el diálogo intercultural”.

En este aspecto han destacado “la Reforma de la Curia romana fue un paso importante en esta perspectiva, pero todavía sin consecuencias concretas en las Iglesias Locales y sus organismos”.

Por ahora, el objetivo es “implementar una mayor inculturación de la fe y de la Iglesia, en especial de las Iglesias Locales, tal como se está haciendo realidad en el post-Sínodo de la Amazonía, para que cada vez más adquieran un rostro propio y una configuración institucional encarnada en su contexto”.

3. La Iglesia tiene un género: los bautizados

En el tercer punto, han planteado “Una Iglesia toda ella ministerial e inclusiva en especial de las mujeres”, que sin duda sigue siendo “una tarea pendiente” para ello dejan bien claro que “la Iglesia es conformada por un único género de cristianos – los bautizados, de donde brotan todos los ministerios, incluidos los ministerios ordenados”.

Para lo que proponen implementar “una Iglesia toda ella ministerial, pues en gran medida la vida de la Iglesia continúa todavía centralizada en el presbítero y en la parroquia”, lo que implica “un mayor fortalecimiento de las comunidades eclesiales en el ámbito de las parroquias”.

Si bien el tema del clericalismo y el patriarcado van unidos, señalaron que es hora de desactivarlos. Admitieron que ‘diaconado de mujeres’ “no fue objeto de decisión en el Sínodo, pero el Papa –en el Documento final – habló que iba continuar estudiando esta posibilidad”.

Junto con esta petición está la necesidad de la creación de ministerios para fuera de la Iglesia, dado que la misión de los cristianos, sobre todo, es en el mundo”. Lamentan que “los pocos ministerios que se tiene son todavía todos para el interior de la Iglesia, lo que también dificulta romper con una Iglesia autorreferencial. Es urgente multiplicar el número de ministerios, para dentro y para fuera de la Iglesia, sobre todo para el laicado”.

4.- Superar la concepción jerárquica

Sobre el cuarto punto: “Una Iglesia sinodal anclada en estructuras de comunión” han explicado que “la sinodalidad supera una concepción jerárquica de la Iglesia y hace caduco todo tipo de estructuras que impiden la efectiva participación de todos los bautizados”.

Por supuesto, para desmontar este paradigma jerárquico urge “la conversión pastoral” que lleva a “la conversión de las estructuras verticalistas y discriminatorias en organismos inclusivos, que propicien relaciones de igualdad y corresponsabilidad”.

Inclusive en el proceso de escucha del Documento para la Etapa Continental está nuevamente el asunto, por tanto, la invitación es beber de las fuentes de Vaticano II como también de la Exhortación Querida Amazonía y la Constitución Praedicate Evangelium, que plantean que “el poder en la Iglesia, que es un poder-servicio, se asienta sobre el Bautismo, en la corresponsabilidad de todos los bautizados, y no sobre el sacramento del Orden”.

5. Por la sinodalidad eclesial

“La sinodalización de las Conferencias Episcopales”, es el quinto pedido de la Iglesia amazónica “en coherencia con la eclesiología del Concilio Vaticano II, que sitúa la colegialidad episcopal en el seno de la sinodalidad eclesial, el Sínodo de los Obispos dejó de ser un sínodo de obispos, para ser un Sínodo de la Iglesia”.

Al respecto, el proceso sinodal “situó la colegialidad episcopal en el seno de la sinodalidad eclesial, sin con esto negar el rol específico del Obispo, ni de los organismos de ejercicio de la colegialidad en una región”.

“El ministerio episcopal se sitúa en el seno del Pueblo de Dios y no sobre él, como camino y misión, de la misma forma que los organismos de ejercicio de la colegialidad episcopal, como son las Conferencias Episcopales”, han dicho.

Para que la sinodalización de los obispos sea efectiva requiere “la efectiva la participación de todos los bautizados” incluidas las periferias, las mujeres y los jóvenes, “no solo en los procesos de escucha y discernimiento, sino igualmente en los procesos de tomas de decisión, tanto en el ámbito diocesano, como nacional y continental”.

6. Promover la ecología integral

Uno de los puntos infaltables y que ocupa el puesto seis fue “la ecología integral como una dimensión esencial de la evangelización”. En primer lugar, han reconocido la cosmovisión indígena desde una perspectiva integradora

Para la Ceama y Repam los pueblos originarios “tienen una vivencia armónica con la naturaleza, que es modelo para la humanidad y horizonte de una evangelización que integre la ecología integral como una dimensión esencial y transversal”.

Advierten que “frente a la actual crisis climática, es injustificable la débil sensibilidad ecológica en los medios eclesiales, el silencio y la omisión de los cristianos, así como de la sociedad civil frente a una economía que destruye la naturaleza y pone en riesgo la vida humana y sus ecosistemas”.

Por tanto, han insistido en la creación de ministerios especiales para el cuidado de la “Casa Común” y “la promoción de la ecología integral en todas las jurisdicciones eclesiásticas” tal como se ha propuesto en el Sínodo de la Amazonía.

7. Una sociedad humana y justa

El último punto de la Ceama y la Repam tiene que ver con “una Iglesia compañera de camino de toda la humanidad”. Han tomado como referencia la imagen propuesta en la fase continental del sínodo de “ensanchar la tienda”.

Todo ello implica “un diálogo sincero y respetuoso” como “puente para la construcción del Reino de Dios” y comprender que las culturas de los pueblos indígenas está sustentado en el buen vivir.

En este sentido, resulta clave cultivar relaciones “sin desarraigar, hacer crecer sin debilitar la identidad, promover sin invadir. Es necesario amar las raíces y cuidarlas”, al tiempo que”es necesario que la Iglesia acompañe a la humanidad en sus crisis, en sus situaciones de pobreza, en ser apoyo en la reivindicación de sus derechos y promover acciones para la transformación de una sociedad más humana y justa”.

Sin embargo, han lamentado que “hoy en la Iglesia hay grupos eclesiales de corte tradicionalista con una postura apologética frente al mundo, que se están oponiendo abiertamente a la renovación conciliar y al magisterio del Papa Francisco”.

Frente a esto, cabe preguntarse “en qué medida el Concilio es conocido y asumido. La formación de los futuros presbíteros precisa ser revisada”, incluida la formación del laicado, vida consagrada “sin olvidar a los diáconos permanentes, o a través de una pastoral de conjunto que impulse procesos de evangelización capaces de situar la Iglesia en el seno de la sociedad pluralista”.

Foto: Vicariato de Puyo

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