El pontífice lamenta los asesinatos en Tierra Santa y reclama que el diálogo prevalezca sobre el odio y la venganza
Este mediodía el papa Francisco ha presidido la oración mariana del ángelus desde la ventana del estudio del Palacio Apostólico Vaticano. El pontífice ha recordado a los fieles presentes que se ha cumplido un año de la invasión de Ucrania, una “tragedia” que se une al dolor de sirios y turcos tras su terremoto. El Papa lamentó también los asesinatos en Tierra Santa, especialmente niños, ha reclamado que el diálogo prevalezca sobre el odio y la venganza. También lamentó los ataques terroristas en Burkina Faso y deseo que no se pierda la confianza en llegar a la democracia. También lamentó el naufragio de un barco en la costa italiana, rezó por las víctimas y agradeció a los cuerpos de seguridad y voluntarios. Durante el ángelus el papa Francisco recordó finalmente una efeméride de los donantes de órganos italianos y que esta semana se celebra la jornada de enfermedades raras.
Con este acto público, el papa Francisco comienza sus Ejercicios Espirituales a lo largo de esta semana. El pontífice vivirá estos días en la propia residencia Santa Marta desde el mediodía de este 26 de febrero hasta el próximo viernes, 3 de marzo. Durante la semana se suspenden las audiencias privadas y también la general del próximo miércoles, 1 de marzo.
Comentando el evangelio del primer domingo de Cuaresma, las tentaciones de Mt 4, 1-11, Francisco recordó que “Diablo significa ‘divisor’”, algo que es lo que presenta a Jesús tras el bautismo cuando Él mismo “dirá que vino al mundo para hacernos partícipes también a nosotros de la unidad entre Él y el Padre”. “El demonio, en cambio, hace lo contrario: entra en escena para dividir a Jesús del Padre y distraerlo de su misión de unidad para con nosotros”, alertó el Papa.
Así, prosiguió Bergoglio, “el maligno intenta entonces infundir a Jesús tres poderosos ‘venenos’ para paralizar su misión de unidad” como son “el apego, la desconfianza y el poder”. “Así es, incluso para nosotros: el apego a las cosas, la desconfianza y la sed de poder son tres tentaciones muy extendidas y peligrosas, que el demonio utiliza para separarnos del Padre y dejar de sentirnos hermanos entre nosotros, para llevarnos a la soledad y a la desesperación. Esto quiso hacerle a Jesús, ¡esto quiere hacernos a nosotros!”, advirtió.
A estas tentaciones Jesús vence “evitando discutir con el diablo y respondiendo con la Palabra de Dios”. “No conversa con el diablo, no negocia con él, sino que refuta sus insinuaciones con las palabras benéficas de la Escritura. Es una invitación también para nosotros: ¡con el diablo no se dialoga! No se le vence negociando con él, sino oponiéndole en la fe la Palabra divina. De este modo, Jesús nos enseña a defender la unidad con Dios y entre nosotros contra los ataques del divisor. ¡Y necesitamos la unidad!”, alertó el pontífice.
Por ello, el Papa invitó a los fieles a acudir a la Palabra de Dios en el día a día. “cuando llega la tentación, lo oro, lo rezo, confiando en la gracia de Cristo. Probémoslo, nos ayudará en las tentaciones porque, entre las voces que se agitan en nuestro interior, resonará la benéfica de la Palabra de Dios”, concluyó apelando a María.