Los obispos de Ratisbona y Eichstätt reclaman que el encuentro de los prelados que arranca hoy no se parezca a “una asamblea de partidos políticos”
La Conferencia Episcopal Alemana comienza este lunes, 27 de febrero, su asamblea plenaria en la ciudad de Dresde. Una reunión que se produce tras las precisiones del Vaticano al Camino Sinodal y antes de que esta experiencia asamblearia de obispos y laicos afronte su recta final. Para calentar el ambiente, el obispo de Ratisbona, Rudolf Voderholzer, y el de Eichstätt, Gregor Maria Hanke, han criticado abiertamente la deriva de la Iglesia germana y han advertido que en la reunión esperan que se escuchen las voces discrepantes.
Voderholzer no se mostraba esperanzado en que se alcanzase la unidad. “Es de temer que, en general, el resultado sea muy heterogéneo” señaló en declaraciones recogidas por el portal katholisch.de. “Me temo que la carta, que fue enviada a petición expresa del Papa, será ignorada en gran medida”, opinaba respecto a las precisiones de diferentes organismos de la Curia Romana ante algunas de las primeras decisiones del Camino Sinodal.
“Mis expectativas son bajas, porque la conferencia está dividida. Espero una mayor unidad en Alemania y en todo el mundo”, reclamaba Voderholzer. Hanke mostró su inquietud de que “podamos hablar abiertamente de todos los temas en la sala y que se dé espacio a todas las opiniones, de modo que también sea posible un debate constructivo sobre puntos de vista divergentes”. Para este obispo, algunas de las asambleas estaban polarizadas y “se parecían más a una conferencia de partido”, “el espectro de lo que se entiende por esto es actualmente tan amplio, tan lleno de tensiones, que estoy muy preocupado por nuestra unidad”. El prelado espera hablar “sobre las experiencias de la Iglesia, sobre sus dones y sus carencias”, pero “sin herirnos los unos a los otros”.
Más allá de estas declaraciones, ha habido gestos de protestas a las puertas de la cita episcopal y de que en marzo se retome la última asamblea del Camino Sinodal. Así en Bonn, el decano de la catedral Wolfgang Picken ha renunciado a su cargo como protesta a que el Camino Sinodal está poniendo en peligro la unidad de la Iglesia mundial. Para el sacerdote, este proyecto está causando decepción y frustración, así como violando en sí misma el principio básico de la sinodalidad. “Muchas preocupaciones de reforma que son significativas para la Iglesia católica en todo el mundo han sido probablemente perjudicadas por el Camino Sinodal con su dudosa metodología”, denunció según recoge katholisch.de.
Ahora bien, no todos los obispos llegan con las espadas en alto a Dresde. El obispo de Maguncia, Peter Kohlgraf, ha manifestado que continuará impulsando el intercambio entre laicos y obispos a pesar de los vientos en contra de Roma a través de estructuras formales. Para el obispo, dentro de la Iglesia católica en Alemania, hay “gran unanimidad en que no se trata sólo de implicar a los laicos no solo en las consultas, sino también en la toma de decisiones”, declaró a una agencia evangélica según recoge katholisch.de.
Para el obispo “que Roma no estaba entusiasmada con nuestra metodología se podía percibir claramente en los últimos años, por lo que la reacción no fue una completa sorpresa”, pero, reclamó, “tenemos que continuar con esta firmeza” a la hora de rendir cuentas a los fieles.