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Jorge Bolívar: “La coherencia de nuestras inversiones con la fe exige un esfuerzo, pero no la renuncia a la rentabilidad”





Jorge Bolívar, socio fundador de ETS-Alveus, ofrece en esta entrevista pistas sobre ‘Mensuram Bonam’, la nueva guía vaticana sobre inversiones de la que ofrecerá un taller online junto a Vida Nueva el próximo jueves 16 de marzo de 2023 a las 11:00 (hora de España). La sesión, gratuita bajo inscripción y que durará una hora, está dirigida a todo aquel interesado en optimizar sus recursos financieros desde un plan de trabajo acorde con la Doctrina Social de la Iglesia (DSI), especialmente enfocado a superiores mayores y ecónomos de institutos de vida consagrada, administradores diocesanos, titulares de fundaciones, asociaciones y ONG eclesiales.



PREGUNTA.- El taller organizado por Alveus y Vida Nueva se centra en ‘Mensuram Bonam’, la nueva guía vaticana sobre inversiones. Sin desgranar el contenido, ¿cuál es el mandamiento principal para gestionar hoy ‘como Dios manda’?

RESPUESTA.- ‘Mensuram Bonam’ insiste en el bien común y el desarrollo integral del hombre como objetivos prioritarios de toda actividad financiera y, en concreto, de las inversiones. Por tanto, podríamos decir que el “amarás al prójimo como a ti mismo” (Jn, 13, 34) debería ser la directriz de esa “vocación” en la que, citando el documento,  puede convertirse la inversión a la luz de la fe.

P.- ¿Cuánto tiempo puede llevarle a una institución eclesial acomodarse a los criterios planteados por ‘Mensuram Bonam’?

R.- El tiempo dependerá de la complejidad y liquidez de las inversiones activas de cada institución. Pero lo importante es la decisión de ponerse en marcha. Entender la importancia del camino y avanzar.

‘Mensuram Bonam’ es un documento claro, completo y orientado a la acción libre pero bien informada. Habla con claridad sobre la luz que pueden y deben proporcionar el Evangelio y la DSI sobre las decisiones que se toman en el ámbito de la economía y en concreto en el de las inversiones. Pero no se detiene ahí y continúa con una guía muy bien estructurada en base a los principios de la DSI, sus implicaciones de cara a los inversores y toda una serie de preguntas que deberíamos plantearnos a partir de lo anterior.  Nos plantea interrogantes pero no soluciones finales. Esas nos toca a nosotros imaginarlas, probarlas y, si se comprueba que funcionan y Dios quiere, extenderlas.

Inversiones católicas… y rentables

P.- Está claro que invertir de acuerdo con la DSI supone llevar a cabo una gestión coherente con la fe. ¿Pero también puede ser rentable?

R.- Efectivamente, sí podría exigirnos renunciar a la rentabilidad potencial de ciertas inversiones concretas pero no a la rentabilidad de nuestra cartera final. El mercado ofrece un gran abanico de posibilidades y siempre es posible identificar inversiones potencialmente rentables y éticas bajo el prisma de la DSI. La coherencia de nuestras inversiones con la fe exige un esfuerzo adicional de información y análisis pero no la renuncia a la rentabilidad. Alveus lo demuestra a través de sus propuestas de inversión ética directa en sectores tan “comprometidos” como el de la salud.

P.- ¿Hay muchos lobos interesados hoy en hacerse con las cuentas de las congregaciones, diócesis y fundaciones de la Iglesia? ¿Cómo se les puede dar esquinazo?

R.- No se trata exactamente de dar “esquinazo” sino de exigir el servicio adecuado y cambiar si quien tenemos en frente no está en condiciones de ofrecerlo. El principal responsable de conseguir que el sector financiero sea cada vez más consciente de la importancia de la ética en las inversiones y del respeto a los principios de la DSI es el cliente. Si el cliente pide esta coherencia, el proveedor tendrá que cambiar. Una buena formación financiera de los ecónomos es vital en todo esto.

P.- Si una institución se acerca hoy a Alveus para actualizarse a la medida de ‘Mensuram Bonam’, ¿qué es lo primero que le aconsejarían?

R.- En primer lugar, creemos esencial concretar los requerimientos financieros de todas esas obras/proyectos que nacen de la misión de cada institución. Este ejercicio conlleva un análisis de los estados financieros de la institución, no solo agregados sino, muy importante, de cada proyecto. Este ejercicio nos permitirá entender que es lo que debemos pedir a nuestro patrimonio en términos de rentabilidad y riesgo asumible.

A partir de ahí, una revisión exhaustiva de las inversiones activas en términos de costes, ética e idoneidad de cada producto y del conjunto de cartera en su finalidad principal de financiar la misión. Parece complejo pero se trata de un procedimiento claro que permitirá a la institución, no solo aproximarse a las directrices de la DSI, sino también aprender mucho en el camino.

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