Danzas, música, incienso y mayor participación de las mujeres en misa, están incluidos en la petición que próximamente hará la diócesis de San Cristóbal de las Casas, Chiapas, a la Conferencia del Episcopado Mexicano (CEM) para posteriormente presentar la propuesta al Papa Francisco.
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La iniciativa que busca incluir estos ritos tradicionales en la celebración eucarística está coordinada por el cardenal Felipe Arizmendi, obispo emérito de la diócesis de San Cristóbal de las Casas, y será puesta sobre la mesa en la asamblea de abril del episcopado mexicano; y de aprobarse, será llevada a Roma en mayo por el presidente de la Comisión Episcopal de Pastoral Litúrgica y arzobispo de Puebla, Víctor Sánchez.
Oficializar lo que ya existe
Este tema fue tratado en un encuentro de trabajo de dos días en dicha entidad, en la que el obispo de San Cristóbal, Rodrigo Aguilar Martínez, explicó que el objetivo es oficializar las adaptaciones para que la liturgia tome en cuenta la cultura de los pueblos originarios, pero sin alterar su valor.
En conferencia de prensa, Aguilar Martínez aseguró que sólo hay un caso similar en África, por lo que, de aprobarse, el de San Cristóbal de las Casas sería el segundo a nivel mundial. Reconoció que esta iniciativa puede generar tanto felicitaciones como cuestionamientos, pero eso “nos enorgullece y nos compromete”, dijo.
También apuntó que se propondrá unificar las adecuaciones en todas las diócesis chiapanecas en las lenguas más significativas: tzeltal, tzotzil, chol y tojolabal. “De hecho -aclaró- ya está habiendo estas celebraciones en tzeltal y tzotzil, por ejemplo, pero son aprobación del obispo y de la comunidad, y ahora queremos que sea una aprobación de Roma, de la sede apostólica para la Iglesia universal”.
Una autoridad vaticana estuvo presente
En la reunión de trabajo estuvo presente monseñor Aurelio García Macías, subsecretario del Dicasterio para el Culto Divino y la Disciplina de los Sacramentos de la Santa Sede, lo cual agradeció el arzobispo de Puebla, Víctor Sánchez, pues aseguró que al estar en el lugar pudo conocer la realidad y las celebraciones de estas comunidades.
Por su parte, Aurelio García agradeció la invitación: “nos sentimos implicados en este proceso, y esto es de agradecer porque es un ejemplo de la colaboración del trabajo de las Iglesias. Ha sido, para mí, un enriquecimiento personal porque creo que la experiencia local de San Cristóbal de las Casas ha discernido, ha podido estudiar, reflexionar y puede ser enriquecida con la experiencia universal de la iglesia católica”.
No obstante, aseguró que si bien ha aprendido mucho de las costumbres religiosas indígenas, después del Concilio Vaticano II ha habido un proceso en el que la Iglesia ha dedicado mucho tiempo a la traducción de los libros litúrgicos a las lenguas del mundo.
“No están todos los libros litúrgicos traducidos en todos los idiomas, pero ahora comienza una nueva etapa que es adaptar algunos aspectos de las culturas, que puedan entrar en la celebración litúrgica del rito romano”, dijo.
Cabe mencionar que en el territorio de la diócesis de San Cristóbal hay aproximadamente dos 2.2 millones de habitantes, de los cuales el 70 o 75 por ciento son indígenas: el tzeltal lo habla casi medio millón de personas; el tzotzil, 350 mil; el chol, 150 mil y el tojolabal, 50 mil. “Por eso es importante que ellos sean reconocidos como miembros vivos de la iglesia”, aseguró el cardenal Felipe Arizmendi.