Se trata de las monjas trapenses que llegaron al país hace 22 años; han dejado su convento para radicar en Panamá
Argumentando motivos internos de la orden religiosa, la falta de vocaciones y la avanzada edad de algunas de ellas, unas 12 monjas trapenses anunciaron que han abandonado voluntariamente Nicaragua, para radicar en Panamá.
Las religiosas dieron a conocer la noticia a través de un mensaje publicado en sus redes sociales:
“Nosotras, las hermanas trapenses de Nicaragua, hemos dejado voluntariamente el país, por motivos de la orden, falta de vocaciones, ancianidad de varias hermanas, etc. Seguiremos siempre unidos en la oración, en la amistad y en el cariño que el Señor nos ha regalado durante estos 22 años. Nuestro nuevo destino es Panamá. Un gran abrazo fraterno a todos, y nuestro agradecimiento”.
La comunidad trapense se caracteriza por llevar una vida moldeada por la fe, la liturgia y el trabajo manual, dejándose transformar por el amor de Cristo, y viviendo en la pobreza y la caridad recíproca. Pertenecen a la rama contemplativa.
En julio del año pasado, las Misioneras de la Caridad de la Madre Teresa de Calcuta fueron expulsadas de Nicaragua por el gobierno de Daniel Ortega, pues según el gobierno de Nicaragua, habrían incumplido ciertas obligaciones legales, violando la normativa contra el blanqueo de dinero, la financiación del terrorismo y la proliferación de armas de destrucción masiva, y no están acreditadas por el Ministerio de la Familia para dirigir sus actividades. Las 15 religiosas fueron recibidas entonces por el obispo la diócesis de Tilarán, en Costa Rica.
Tres meses después trascendió que las Religiosas de la Cruz y del Sagrado Corazón de Jesús, cuya casa madre se encuentra en la Ciudad de México, también habían sido expulsadas, aunque más tarde éstas confirmaron que salieron de ese país por tres razones: el vencimiento de las residencias de las hermanas que formaban parte de esa comunidad; también los problemas de salud de algunas de ellas, y por último, la escasez de personal en la congregación para poder reforzar dicha comunidad. Argumentos similares han difundido ahora las monjas trapenses.
De acuerdo con el portal 100% Noticias, las monjas trapenses habrían entregado a la policía nicaragüense, a través de la hermana Fabiana, el mismo mensaje que publicaron en sus redes sociales, y antes de irse, entregaron el convento, monasterio y los bienes e inmuebles a la diócesis de Chontales.
El mismo portal revela que, si bien las monjas no se refirieron a su situación migratoria en Nicaragua, se tiene conocimiento que desde hace dos semanas la Dirección General de Migración y Extranjería comenzó a citar a diversos religiosos y misioneros extranjeros para nuevos requisitos de permanencia en el país.