Europa

Cáritas, la luz en la oscuridad de Ucrania

  • El director de operaciones de la organización, Anatoliy Kozak, denuncia que la guerra ha dejado a 11,5 millones de personas necesitadas de asistencia humanitaria
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El 24 de febrero de 2022, la vida de todos los ucranianos cambió. “Una guerra terrible y cruel se convirtió en nuestra realidad y sacudió los cimientos de las familias y la nación. Pero en esta hora de oscuridad sentimos mucho apoyo y empatía. Incluso antes de que la pidiéramos, la ayuda empezó a llegar y sigue llegando hasta hoy”. Así lo expresa Anatoliy Kozak, director de operaciones de Cáritas Ucrania.



En conversación con Vida Nueva, recuerda que hace un año “nuestros corazones se calentaron y sanaron con las muestras de solidaridad y las oraciones. Nunca nos sentimos abandonados ni solos, y el compromiso de todos nuestros amigos y colaboradores fue una verdadera expresión y encarnación del espíritu de Cáritas: amor y misericordia”. “Gracias a este apoyo podemos ayudar a millones de personas necesitadas”, recalca.

Cáritas Ucrania cuenta con 42 organizaciones locales, más de 2.300 empleados, más de 8.000 voluntarios y casi tres millones de personas acompañadas. En concreto, el año pasado proporcionaron más de 1.960.000 cajas de alimentos, más de 710.000 kits de higiene, más de 147.000 plazas de alojamiento temporal, más de 96.000 ayudas en efectivo y más de 272.000 servicios de apoyo psicosocial. Un despliegue para no dejar a nadie atrás que aún así, continúa siendo insuficiente, pues 365 días después del inició de la invasión rusa, “millones de personas siguen teniendo dificultades para acceder a servicios y suministros esenciales: salud, agua y alimentos”, señala Kozak.

Consecuencias psicológicas

Así, la guerra ha dejado al menos 11,5 millones de personas necesitadas de asistencia humanitaria. Unas cifras detrás de las que hay vidas de inocentes, como los niños, que “sufren al ser testigos de la muerte, la violencia y la tragedia”, denuncia el director de operaciones de Cáritas. De hecho, 3,4 millones de niños necesitan intervenciones de protección infantil. Asimismo, tanto menores como adultos reclaman asistencia psicológica. “Entendemos que las experiencias traumáticas que viven los ucranianos pueden tener consecuencias a largo plazo. Por ello, las medidas de apoyo a la salud mental son esenciales”, destaca

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