El Instituto para las Obras de Religión se adapta a la constitución apostólica ‘Praedicate Evangelium’ y pasa de ser un órgano colegiado a estar compuesto por un director
Francisco renueva “aún más” el Instituto para las Obras de Religión (Banco Vaticano) para “hacerlo coherente con las necesidades organizativas más modernas, así como con las necesidades operativas que surgen todos los días en la actividad del Instituto”, según explica el propio Papa en un quirógrafo hecho público hoy, al mismo tiempo que se publican los nuevos estatutos.
“En particular, la reforma del Estatuto responde a la necesidad de delimitar clara y claramente los ámbitos de competencia y responsabilidad respectivas de los órganos del Instituto más implicados en su gestión (estratégicos y operativos)”, añade el texto papal.
Según los Estatutos, el IOR tiene como finalidad “disponer la custodia y administración de los bienes muebles e inmuebles transferidos o confiados por personas físicas o jurídicas y destinados a obras de culto o caridad”.
El IOR ahora presenta funciones bien definidas entre los distintos órganos de gobierno para evitar duplicidades o una nueva norma sobre el conflicto de intereses, pues “cada miembro del Consejo de Superintendencia se abstendrá de participar en las votaciones relativas a resoluciones en las que tenga un interés, actual o potencial, en nombre propio o de terceros”.
Menos de cuatro años después de la última revisión de su Estatuto, el IOR se adapta a la nueva constitución apostólica ‘Praedicate Evangelium’ y pasa de ser un órgano colegiado a estar compuesto por un director contratado de forma permanente o temporal de una terna de tres candidatos.
Por su parte, la Comisión de Cardenales –que supervisa la fidelidad del Instituto a las disposiciones estatutarias– estará compuesta por cinco cardenales nombrados ‘ad quinquenium’ por el Pontífice y que pueden ser confirmados una vez.
Así, el prelado, nombrado por la Comisión, dura cinco años en el cargo y puede ser confirmado una vez, y su misión es seguir las actividades del Instituto, participar como secretario en las reuniones de la propia Comisión y asistir a las reuniones de la Junta de Superintendencia.
A la Comisión de Superintendencia corresponde definir y aprobar las líneas estratégicas y políticas del Instituto, así como supervisar su cumplimiento. Está integrado por siete miembros de reconocida experiencia económico-financiera y acreditada solvencia. Los miembros, designados por la Comisión, también duran cinco años en el cargo y pueden ser confirmados una vez.