“En el Día Internacional de la Mujer, pienso en todas las mujeres: les agradezco su compromiso en la construcción de una sociedad más humana, a través de su capacidad de captar la realidad con una mirada creativa y un corazón tierno”. De esta manera se ha unido el papa Francisco a este 8 de marzo durante la audiencia general de los miércoles celebrada hoy en la plaza de San Pedro del Vaticano.
Continuando el ciclo de catequesis ‘La pasión por la evangelización: el celo apostólico del creyente’, el Pontífice ha centrado su meditación en el tema ‘El Concilio Vaticano II. La evangelización como servicio’ (1 Cor 15,1-2).
“El Concilio Ecuménico Vaticano II presentó a la Iglesia como Pueblo de Dios peregrino y misionero. Por tanto, los que formamos parte de este Pueblo santo –todos los bautizados– estamos llamados a evangelizar. Y lo que transmitimos es lo que, a su vez, hemos recibido. Este dinamismo garantiza la autenticidad del mensaje cristiano”, ha señalado para luego rematar: “Evangelizar no es una tarea solitaria o individual, sino un servicio eclesial”.
“No olvidemos el dolor del pueblo ucraniano”
Según ha dicho Jorge Mario Bergoglio, “cada bautizado participa en la misión de Cristo, es decir, es enviado a anunciar la Buena Noticia, amando y sirviendo a los demás hasta dar la propia vida. Esto significa que no podemos permanecer como sujetos pasivos o meros espectadores; el celo apostólico nos impulsa a buscar siempre nuevos modos de anunciar y de testimoniar el amor de Dios. También nos urge a que, siguiendo el ejemplo de Cristo, demos respuestas concretas para consolar a los hermanos y hermanas que sufren”.
En su saludo a los peregrinos de lengua española, Francisco ha recordado que, “en este tiempo de Cuaresma, como Pueblo de Dios que peregrina en el desierto, pidamos al Señor que nos ayude a vivir fielmente nuestra vocación de bautizados y a encontrar nuevos caminos para evangelizar”.
Antes de despedirse, como siempre, el Papa ha lanzado un mensaje a todos los fieles para que tengan siempre en mente a Ucrania: “No olvidemos el dolor del pueblo ucraniano martirizado, siempre presente en nuestros corazones y en nuestras oraciones”.