“Con mucho respeto, no me queda otra que pensar en un desequilibrio de la persona que dirige. Ahí tenemos un obispo preso, un hombre muy serio, muy capaz. Quiso dar su testimonio y no aceptó el exilio. Es una cosa que está fuera de lo que estamos viviendo, es como si fuera traer la dictadura comunista de 1917 o la hitleriana del 35, traer aquí las mismas… Son un tipo de dictaduras groseras”. Así ha respondido el papa Francisco, durante su entrevista con Infobae, a la situación por la que atraviesa Nicaragua actualmente con la dictadura de Daniel Ortega.
El Papa ha hablado de muchos temas diferentes en esta amplia entrevista, en la que también ha revelado su deseo de “viajar a Argentina” y que nunca ha pensado en quién no le votó como Pontífice, hace ya 10 años. “Yo no me voté, eso estoy seguro”, ha dicho, “pero los demás no sé nada”.
El Papa también ha reconocido que “de vez en cuando” llora “a escondidas”. “En público una vez no pude reprimirme, fue por la guerra: estaba diciendo un discurso y ahí me salió eso, y no pude reprimirme. Pero a escondidas. Que los psiquiatras interpreten, yo no me interpreto”, ha explicado entre risas.
Acogida a todos
El Papa también ha recordado las veces que ha hablado sobre la acogida de las personas homosexuales en la Iglesia, y ha subrayado que, sobre esta (y otras) realidades, “la gran respuesta la dio Jesús: todos. Todos. Adentro todos. Cuando los exquisitos no quisieron ir al banquete: vayan ahí al cruce de caminos y llamen a todos. Buenos, malos, viejos, jóvenes, chicos: todos. Todos. Y cada uno resuelve sus posturas ante el Señor con la fuerza que tenga”.
“Esta es una iglesia de pecadores”, ha continuado el Papa. “La iglesia de santos no sé dónde está, acá somos todos pecadores. ¿Y quién soy yo para juzgar a una persona si tiene buena voluntad? Si es más bien de la pandilla del diablo, bueno, a defender un poquito. Pero hoy día se pone mucho la lupa sobre este problema. Creo que hay que ir a lo esencial del evangelio: Jesús llama a todos y cada uno resuelve su relación con Dios como puede o como quiere. A veces uno quiere y no puede, pero el Señor espera siempre”, ha aseverado.
En cuanto al celibato, ha recordado que en la Iglesia católica de rito oriental los sacerdotes “pueden casarse”. “El celibato en la Iglesia podría revisarse”, ha subrayado, llegando, incluso, a señalar que “el machismo es malo. Y a veces el celibato te puede llevar a ser machista”.
Asimismo, en cuanto a las resistencias y distintos pareceres dentro de la Iglesia, el Papa ha señalado directamente el caso “de algún obispo americano, uno muy conocido, que fue nuncio”. Así, apuntando previsiblemente a Carlo Maria Viganò, ha dicho que “uno no sabe si ese hombre es católico o no es católico, está ahí en el borde. Esas resistencias mal manejadas. En la Iglesia desde el inicio hubo resistencias”.