Pocos días después de que el primer ministro británico Rishi Sunak presentase un nuevo proyecto de ley sobre inmigración ilegal que expulsaría del país a quienes cruzan el Canal de la Mancha en pateras y prohibiéndoles entrar en el Reino Unido en el futuro; los obispos han hecho oír su palabra. Los miembros de la Conferencia Episcopal de Inglaterra y Gales han hecho público el documento ‘Amar al forastero’ con una lista de 24 principios para orientar la política de inmigración, basados en “el valor innato de cada persona humana”.
Responsabilidad política
Los prelados piden a los políticos “que reconozcan a los inmigrantes y refugiados como personas”. “No se debe permitir que las tendencias nacionalistas o individualistas se apoderen de nosotros y nos impidan ver a la humanidad como una sola familia”, reclaman. “Nunca debemos considerar a las personas que llegan de otros lugares como un problema político que hay que resolver, sino como hermanos y hermanas hacia los que tenemos una responsabilidad y que enriquecen enormemente nuestras comunidades”, aseguró.
“Mirando más allá de nuestras propias fronteras, tenemos el deber de ayudar a las personas a prosperar en sus países de origen, así como de acoger a quienes se marchan en busca de una vida mejor”, señala la declaración. Para los obispos “los controles sobre la migración deben ejercerse con compasión, prestando especial atención a las personas que necesitan abandonar su país para prosperar y vivir con dignidad”.
Los prelados destacan que “también es importante que los sistemas de visados estén bien gestionados para que los emigrantes puedan contribuir rápidamente al bien común de sus nuevas comunidades y para que ellos y sus familias no se vean acosados por la incertidumbre o por condiciones inhumanas”. “La Iglesia en Inglaterra y Gales está plenamente comprometida con las políticas públicas relativas a la migración, el estatuto de los refugiados y la lucha contra el tráfico de seres humanos, con el fin de promover un trato digno a todos los que llegan a nuestro país” ratifican destacando la doctrina social católica.