Este 15 de marzo se cumplen 12 años desde el inicio de una guerra civil que ha devastado por completo Siria. Salvo el breve paréntesis de triste protagonismo mediático en las últimas semanas a causa del grave terremoto que ha afectado a su pueblo junto al turco, ¿el mundo se ha olvidado de los sirios?
Asun Taboada, responsable de Ayuda Humanitaria de Entreculturas, lamenta no dar una respuesta esperanzada: “Con Siria hemos hecho algo peor que olvidarnos… Nos hemos acostumbrado, asumiendo como sociedad y como comunidad internacional que este conflicto es algo que está ahí, pero hemos preferido alejarlo de nuestras vidas. Hubo un momento, en 2014, en el que lo tuvimos muy presente con la crisis migratoria, pero ahora ya no nos interesa. Se nos hace repetitivo. La gente se cansa de oír historias de personas que han perdido su hogar o su familia. Lo vemos lejano y ya lo hemos apartado de nuestro día a día”.
Presencia jesuita
Quienes no se han olvidado del pueblo sirio son los jesuitas. Desde hace más de una década, “el Servicio Jesuita al Refugiado (SJR) trabaja allí, y desde febrero, lo hacen con el apoyo de Entreculturas y de la Red Xavier”. Eso sí, adaptando ahora su acción tras el reciente terremoto, “centrándonos más en las respuestas de emergencia y dando alimentos, mantas o abrigos, trabajando también en la salud mental de los afectados”.
Tras esta primera fase, “continuaremos reforzando las líneas de acción que ya se venían implementando para dar apoyo a una población que ya era muy vulnerable antes del seísmo y que ahora ha perdido lo poco que tenía”. En este sentido, los pilares seguirán siendo “la educación y la promoción de la reconciliación, creando lazos en un pueblo muy herido por el conflicto”.
Gran vulnerabilidad
Un trabajo arduo, “pues la población está en una situación de gran vulnerabilidad tras 12 años de guerra y ahora un terremoto que, además de causar muchas muertes, ha dañado la poca infraestructura que quedaba en pie”. Así, hoy, “la inseguridad alimentaria, los efectos en la salud mental o la dificultad para calentarse en invierno son factores que marcan a una gente muy castigada”.
En cuanto a las reticencias de la comunidad internacional a interrumpir el bloqueo en una situación de emergencia como esta, en el que todas las entidades presentes reclaman que es absolutamente necesaria la ayuda humanitaria, Taboada acepta que, “a nivel teórico o político, se pueden entender estas dudas, pues la situación en Siria es compleja. Pero, si vamos más allá y aceptamos que estamos hablando de vidas humanas, el deber de todos los países es garantizar que la ayuda llegue, encontrando las vías y métodos que sean necesarios para ello. Es un grave error justificarse solo en el contexto político, obviando la situación de la población”.
Clamor de Misiones Salesianas
En el 12º aniversario de la guerra, Misiones Salesianas ha lamentado que “el conflicto ha dejado más de medio millón de muertos, más de 2,1 millones de personas heridas y más de 13 millones de personas desplazadas, con al menos 6,6 millones refugiadas en otros países. Más de 11 millones de habitantes, de los 17 que tiene en la actualidad el país, necesitan ayuda humanitaria urgente para sobrevivir, y de ellos 6,5 millones son menores”.
Alejandro León, responsable de los salesianos en Oriente Medio, que en Siria cuentan con comunidades en Alepo y Damasco, muestra su dolor: “No hay trabajo, no hay electricidad, el combustible es muy caro y el dinero no vale nada… La población vive desanimada. Hay una generación de menores que solo conoce la guerra”.
Fotos: Mikhail Demian (SJR).