El obispo nicaragüense exiliado en Estados Unidos, Silvio Báez, manifestó a través de su cuenta de twitter su preocupación por el estado de salud del obispo de Matagalpa, Rolando Álvarez, condenado a 26 años de prisión por el gobierno de Daniel Ortega en Nicaragua.
“Estoy muy preocupado por mi hermano obispo Mons. Rolando Álvarez. Temo que la dictadura se ensañe más contra él. Ruego a la comunidad internacional que presione más al régimen exigiendo que lo libere de inmediato”.
El obispo Silvio Báez -quien vive en el exilio desde el 2019, luego de que se descubriera un plan para asesinarlo- también escribió: “¿Dónde está y cómo está Mons. Álvarez? ¡Exigimos su libertad!”.
¿Dónde está Rolando Álvarez?
Del obispo Rolando Álvarez no se sabe nada desde el 9 de febrero de este año, cuando el presidente Ortega intentó mandarlo al exilio, pero el obispo de Matagalpa se negó a subir al avión que lo llevaría a Estados Unidos.
Al día siguiente, la justicia nicaragüense lo condenó a 26 años y cuatro meses de prisión por delitos considerados traición a la patria.
Días después, trascendió en medios locales que el obispo se encontraba recluido en una celda de máxima seguridad, en la que se le estaban dando un trato inhumano. Y recientemente, según informó un líder estudiantil exiliado, a la hermana del obispo se le habría negado verlo e, incluso, se le dijo que no se encontraba en dicha cárcel (La Modelo), donde se le habría recluido, según el propio Ortega.
La última vez en la que se le vio al obispo de Matagalpa fue el 10 de enero de este año, durante la audiencia inicial, en la que se determinó juzgarlo por divulgación de noticias falsas a través de medios de comunicación, en detrimento del estado nicaragüense, algo que es considerado traición a la patria.
En dicha audiencia también se determinó que continuaría bajo arraigo domiciliario en su casa de Managua, de donde la policía nacional lo habría sacado la madrugada del 9 de febrero para llevarlo al aeropuerto a fin de mandarlo al exilio.
Diversos organismos internacionales han expresado al gobierno sandinista su preocupación por el estado de salud del obispo Álvarez, entre ellos la Organización de las Naciones Unidas.