La pastoral social advirtió sobre las trágicas consecuencias de la escalada de violencia generada por el narcotráfico
La Comisión Episcopal de Pastoral Social de la Conferencia Episcopal Argentina presentó un documento titulado “Las heridas del narcotráfico”, ante la situación de violencia que genera esta problemática en varias provincias del país.
No se trata de un tema nuevo. Los obispos, en el documento por el Bicentenario de la Independencia, en el n° 57, habían manifestado su conmoción por el narcotráfico y su contraparte, al que calificaron como una de las más grandes calamidades, tanto por el consumo como por las adicciones. También habían señalado la expansión del narconegocio, y avances en la comercialización y consumo, con una fuerte inserción en los barrios más pobres de los grandes conglomerados.
Ahora, expresaron que “asistimos a un fenómeno que agrava dolorosamente esa problemática; lo que parecería ser una escalada de violencia sin fin con inusitada frecuencia en la ciudad de Rosario en la provincia de Santa Fe, donde diariamente se conocen episodios conmovedores, de lo que aparecería como crimen organizado que se cobra víctimas fatales en forma indiscriminada”.
Reiteraron lo expresado en “El drama de la droga y el narcotráfico” (noviembre de 2013): “a esta situación de desborde se ha llegado con la complicidad y la corrupción de algunos dirigentes. La sociedad a menudo sospecha que miembros de fuerzas de seguridad, funcionarios de la justicia y políticos colaboran con los grupos mafiosos“. En aquel momento se habló de funcionalidad y complicidad de quien pudiendo hacer algo, se desentiende y mira para otro lado.
Ante esta coyuntura, los obispos se mostraron cercanos al equipo de pastoral social de Rosario, quienes hace unos días habían indicado que en la ciudad clama al cielo por la falta de respuestas de de los distintos niveles del Estado, magistrados y funcionarios designados legalmente en democracia. Según dijeron, adicionalmente se advierte la vinculación “entre estas bandas de crimen organizado con estructuras de mecanismos de contrabando, lavado de dinero y evasión impositiva”.
Los miembros de la Comisión Episcopal reconocieron el trabajo de muchos hombres y mujeres que están dispuestos a acompañar las iniciativas del gobierno, legisladores y jueces, para dar una contundente respuesta a este drama nacional, sin olvidar que estas organizaciones criminales frecuentemente también se dedican a la trata de personas para la explotación laboral y sexual, y al tráfico de armas.
Piden junto al papa Francisco que la Virgen del Rosario, en la conmemoración de los 250 años de su llegada a la ciudad, su intercesión para que inspire a la ciudadanía, especialmente a la dirigencia política, económica y social, que construyan los consensos imprescindibles como base de “políticas públicas lúcidas, decididas y valientes a implementar por los magistrados y funcionarios”.