“El gran desafío de Europa es permanecer unida en la diversidad”. Así lo ha expresado este jueves el papa Francisco en su audiencia con los participantes en la Asamblea Plenaria de la Comisión de los Episcopados de la Unión Europea (COMECE) que se celebra en Roma del 22 al 24 de marzo.
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“Es crucial precisar que Europa no puede ser una unidad uniforme, homóloga, sino por el contrario debe ser una unidad que respete y valore las singularidades, las peculiaridades de los pueblos y culturas que la componen”, ha aseverado el Papa, subrayando, así, que “Europa tiene futuro si es verdaderamente una unión y no una reducción de países con sus respectivas características”.
Y, en este sentido, el Papa ha señalado que el “papel de la inspiración cristiana” es “formar personas que, leyendo los signos de los tiempos, sepan interpretar el proyecto europeo en la historia de hoy”.
Trabajar por la paz
Por otro lado, el Papa ha puesto de manifiesto la necesidad de preservar la paz. “La historia de hoy necesita hombres y mujeres inspirados por el sueño de una Europa unida al servicio de la paz”, ha afirmado. “Después de la Segunda Guerra Mundial, Europa experimentó el período de paz más largo de su historia. Sin embargo, ha habido varias guerras en el mundo”, ha apuntado Francisco, incidiendo en que, actualmente, “la guerra en Ucrania está cerca y ha hecho temblar la paz europea”.
“Las naciones vecinas han hecho todo lo posible para acoger a los refugiados; todos los pueblos europeos participan en el compromiso de solidaridad con el pueblo ucraniano”, ha reconocido. Por eso, “la respuesta coral a nivel de caridad debería corresponder -pero está claro que no es fácil ni evidente- a un compromiso cohesionado por la paz”.