Culturas

El primer Museo Sin Hogar del mundo





“Es el primer Museo Sin Hogar del mundo”, proclama Alberto Díez, educador del Programa de Personas Sin Hogar de Cáritas Diocesana de Valladolid y una de las personas que han compuesto su equipo motor. Museo Sin Hogar porque, como quienes duermen en un cajero, un parque o debajo de un puente, es itinerante, sin domicilio.



“De noviembre a enero, la pudieron disfrutar en Burgos y ahora, tras cerrar las puertas en Valladolid, nos vamos a Salamanca, luego a León –añade–. Tenemos la intención de que el museo tenga presencia en más ciudades de Castilla y León de momento y vamos a ver si de España. Queremos ofrecer la posibilidad de que se vea en vivo y en directo”.

Pero, sobre todo, Museo Sin Hogar porque refleja de manera singular y original la realidad de las personas sin hogar en España. Es más, ellos mismos lo han concebido, creado y hasta enseñado como guías. “Desde que comenzamos a trabajar en el primer montaje en Burgos, el proceso participativo ha estado formado por un grupo de 120 personas, y de ellas 50 eran personas sin hogar”, expone Díez. “Desde que nos sentamos a ver cómo podía ser este museo o cuántas salas y qué piezas podía tener, todo se ha hecho contando con ellos –prosigue–, y eso les ha supuesto un refuerzo brutal, un aumento de su autoestima, se han sentido protagonistas, se han sentido capaces, se han sentido escuchados, y eso ha sido muy positivo”.

Subidón

De hecho, Alberto Díez afirma rotundo: “A nivel personal, para ellos ha sido un subidón; para los que han participado en el Museo, ha sido seguramente un antes y un después, volver a cargar energía positiva y ver que pueden salir para delante, que tiene sentido y que se puede explicar su realidad y se puede hacer entender, también, la dureza de la calle, el por qué están en la calle, y todo eso para ellos está siendo muy emocionante”. Y no hay dudas. “A la gente le está sorprendiendo y le está impactando –sigue diciendo– el hecho de que ellos están compartiendo su vida, ya que no solo explican el museo, sino que comparten sus experiencias personales”.

El proyecto nació como acción de sensibilización de tres Cáritas diocesanas: Burgos, Valladolid y Salamanca, ciudades que han sido también sus primeras sedes. “Tras su paso por la sala Valentín Palencia de la catedral de Burgos y por el claustro de los Agustinos Filipinos de Valladolid, donde se clausuró el pasado día 19 con tres mil visitas, con el tiempo justo de desmontar y cargar, nos vamos a Salamanca, donde inauguramos el día 27, nada más y nada menos que en la Catedral Vieja, lo cual es un lujo. Hemos tenido la suerte de que este museo de gran belleza está en sitios de gran belleza, con lo cual todo es muy redondo”, manifiesta el educador del Programa de Personas Sin Hogar de Cáritas Diocesana de Valladolid.

Una visión distinta

Para las tres Cáritas, también ha sido revelador este Museo Sin Hogar. “Ha supuesto darnos cuenta de que los procesos participativos son muy positivos, que contando con nuestra gente podemos hacer proyectos de sensibilización impactantes y que lleguen a la gente, que es lo que necesitamos. También de que, una vez más, el esfuerzo y la cercanía, el tú a tú, el boca a boca, nos da mucha satisfacción y mucha alegría”, admite Alberto Díez.

El eco ha sido considerable tras los dos primeros montajes. En Burgos sumó cinco mil visitas, tres mil en Valladolid. “Era algo que ni en las mejores previsiones podíamos esperar –reconoce Díez respecto a Valladolid–. Y lo que sí podemos decir es que esas 3.000 personas que han pasado por aquí tienen ahora una visión distinta de lo que es la realidad de las personas sin hogar. Ya las ven de manera diferente, y eso a nivel de la sociedad es muy importante, porque uno de los objetivos era conseguir que, a partir de la visita a este museo, cuando vean a alguien durmiendo debajo del puente, en el cajero, o conozcan a alguien de alguno de los recursos de Cáritas, lo vean de otra manera, lo vean con una mirada más de hermano. Y todo esto nos da mucho aliento a Cáritas y al Programa de Personas Sin Hogar”.

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