La Iglesia española da carta de ciudadanía a catequistas, lectores y acólitos. Ya están listas las orientaciones sobre la institución de estos ministerios que el Papa Francisco abrió a laicos, hombres y mujeres en 2021. La Conferencia Episcopal ha recogido en un manual de 72 páginas, desde los criterios de selección y discernimiento a su misión, hasta los puntos básicos de la formación específica. Así, los futuros ‘ministras’ y ‘ministras’ laicos serán instituidos de forma permanente, pero sin que se identifique con ese ‘para siempre’ propio de la ordenación sacerdotal. Dicho de forma coloquial, en el caso de los laicos ‘no imprimen carácter’.
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La guía establece que los criterios para la institución de estos ministerios en modo ‘ad experimentum’ por cinco años, tal y como lo manifestaron esta mañana los presidentes de las Comisiones Episcopales para la Liturgia y para la Evangelización, Catequesis y Catecumenado, José Leonardo Lemos Montanet y José Rico Pavés.
Esperanzador
Para Rico Pavés, se trata de un documento “esperanzador” en tanto que aterriza las directrices del Concilio Vaticano II, y “abierto”, precisamente porque se trata de orientaciones “con carácter experimental” aplicando premisas similares a Portugal e Italia.
Sobre el hecho de instituir los ministerios, el obispo de Asidonia-Jerez subrayó que contribuye a “aportar estabilidad a estos servicios en la Iglesia”. Eso sí, el también obispo de Jerez aclaró que “no todos los que leen lecturas misa tienen estar instituidos como lectores no todos los que ayuden altar han de ser instituidos acólitos”. Es decir, que podrán coexistir los oficialmente reconocidos por la Iglesia instituidos por el obispo o el delegado del obispo con aquellos que asiduamente realizan esta labor sin que de por medio haya una designación episcopal formal.
Evolución de Bergoglio
En su turno de intervención, Lemos aplaudió el paso adelante dado por Francisco: “Las cosas, gracias a Dios, han evolucionado”. “No son ministerios de sustitución de los sacerdotes ni se plantea ahora porque tengamos pocos curas”, aseveró el también obispo de Orense, que enfatizó que son servicios “para cooperar”. Eso sí, subrayó que “para para eso necesitamos formar aquellos y aquellas que se sienten condicionados para prestarlos”.
En este sentido, ambos prelados remarcaron que “es fundamental una formación seria de los candidatos a recibir los ministerios, tanto a nivel básico (la fe profesada, celebrada, vivida y orada) como a nivel específico de cada ministerio”. Preguntados por el perfil de los interesados en acceder a estos ministerios y si hay una presencia significativa de mujeres, los obispos apuntaron que precisamente la novedad de la propuesta hace que no se pueda calibrar su incidencia todavía.
Sin retribución
Sí apuntaron que “en principio no van ser retribuidos son ministerios estables”. Sin embargo, sí está previsto que se cubran los gastos que puedan derivarse de esta misión. Y es que, ser catequista, acólito o lector no quedaría circunscrito a una parroquia determinada, sino que la persona quedaría a disposición del obispo para ser enviado a otras comunidades, tal y como ocurre con los diáconos permanentes.
El manual de orientación, al abordar el perfil de los candidatos, expone que podrán ser admitidos aquellos católicos que “hayan recibido los sacramentos de la iniciación cristiana” y “se encuentren en situación canónica regular”. O lo que es lo mismo, quedaría fuera de este ‘proceso de selección’ colectivos como los divorciados. Además, se plantean una serie de cualidades como “docilidad para dejarse acompañar por la Iglesia en el discernimiento de su vocación”, “madurez humana reconocida en el equilibrio psíquico y emocional”, vida de oración, “buena fama entre los fieles”, “disponibilidad pronta para el servicio”…