Omella: “Los católicos somos maniqueos y no llegaremos a ninguna parte si nos damos patadas entre nosotros”

Los cardenales de Barcelona y Madrid dialogan de la mano de Cristina López Schlichting en el congreso sobre el magisterio de Francisco organizado por la Pastoral Universitaria y el CEU

Omella: “Los católicos somos maniqueos y no llegaremos a ninguna parte si nos damos patadas

El presidente de la Conferencia Episcopal Española, Juan José Omella, hizo esta tarde una llamada a la comunión en torno al Papa en el marco del congreso ‘La alegría de Francisco’ organizado por el Secretariado de Pastoral Universitaria de Madrid en colaboración con la Fundación San Pablo CEU.



“Los católicos somos maniqueos y no llegaremos a ninguna parte si nos damos patadas entre nosotros”, alertó el purpurado, a la vez que subrayó que el imperativo de “amar al Papa como vicario de Cristo en la tierra como signo de unión y comunión”.

Hoja de ruta

El cardenal arzobispo de Barcelona participó junto al cardenal arzobispo de Madrid en una mesa redonda moderada por la periodista de Cope, Cristina López Schlichting, en la que ambos abordaron las implicaciones de la exhortación ‘Evangelii Gaudium’, la hoja de ruta del primer pontífice latinoamericano de la historia.

“Francisco aporta una mirada misionera en una sociedad que no es creyente y por eso va al encuentro de la gente y comparte con ellos su preocupación”, aportó Omella, que instó a los presentes a “recuperar el entusiasmo misionero con valentía, con comunidades fraternas donde se comparte el amor y no donde hay confrontación”.

Gente preparada

“Las ideologías nos están haciendo daño dentro de la Iglesia y necesitamos gente preparada que respondan tanto en el mundo de la política como desde el pensamiento, porque la fe se tiene que hacer cultura”, apuntó el cardenal. Así, lamentó que “acabemos divididos entre progres y carcas, frente a lo que tenemos que ofrecer un contra testimonio de una sociedad individualista y enfrentada”.

“Hay que quitarse el sombrero con este Papa que nos envía a ser misioneros”, aseveró Omella, que dice haber aprendido de Francisco a llevar las críticas: “Cuando el comenté que a mí y a él nos ponían de vuelta y media, me enseñó que hay que rezar por los que te critican”.

Adaptación costosa

Por su parte, Osoro reconoció a que “a los obispos nos cuesta” adaptarnos a los cambios estructurales que propone el Papa. “No sé si hemos aceptado que estamos ante una etapa histórica nueva en la que claro que hay que seguir anunciando a Jesucristo pero no de la manera que lo hacíamos hasta ahora”, compartió el cardenal madrileño, que sugirió que “nos falta el atrevimiento que la Iglesia ha tenido en otros momentos”.

Desde ahí, el vicepresidente de los obispos urgí a conformar “una Iglesia que se aproxima y se acerca para acercar a Jesucristo, no para machacar a la gente, sino que ama con ese amor del Señor que transforma la gente”. “A mí no me han transformado las disquisiciones ni mis estudios de teología que han sido mi buenas, sino el sentir que Dios me quiere”, compartió.

El papel de la mujer

Preguntados por la demanda de igualdad de la mujer en la Iglesia, Omella explicó que por “su dignidad y su preparación pueden estar en cualquier sitio”. “Una cosa es el servicio ministerial y sacramental que es un tema teológico y como yo sé poco de teología, no entro en eso”, despejó el cardenal. El arzobispo de Barcelona suscribió que “en el gobierno, puede estar un hombre o una mujer, ¿Por qué no?”. En esta misma línea, dijo que “poco a poco vamos avanzando, no por cuotas, sino por lo que cada uno puede hacer desde el servicio”.

A la par, desveló su experiencia en la Congregación para los Obispos desde que Francisco ha incorporado a tres mujeres: “Me he quedado de la elegancia y la finura con las que exponen. Nosotros somos más bastos, ellas tienen capacidad de intuición que valoro muchísimo”.

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