El papa Francisco, tras tres noches ingresado en el Hospital Policlínico Universitario Agostino Gemelli de Roma, ya se encuentra en el Vaticano. El pontífice ha recibido el alta hospitalaria a las 10:30 h. después de haber ingresado el pasado miércoles, 19 de marzo, por la tarde y ser tratado para una bronquitis. Precisamente el Papa llega a su residencia a las puertas de la Semana Santa, pudiendo participar así el pontífice en las principales celebraciones de estos días. Algo que, como lleva haciendo desde que se han ido manifestado los problemas de movilidad, requerirá adaptaciones en las intervenciones de Bergoglio en los diferentes ritos de estos días –de hecho, en la Semana Santa de 2022 el pontífice siguió la Vigilia Pascual des de la primera fila de los concelebrantes, adelantándose para pronunciar la homilía o bautizar a los catecúmenos–.
El pontífice saludó a alguno de los responsables de la Universidad Católica Sagrado Corazón, a la que pertenece el hospital, así como a parte del personal médico. Bergolgio también saludó a algunos de los fieles reunidos en la entrada del edificio en el que se encuentran las habitaciones preparadas para los Papas en época de Juan Pablo II. Allí el pontífice bromeó conque está “aún vivo” y que no ha sentido temor. Antes de llegar al Vaticano, ha rezado en Santa Maria la Mayor ante el encono de la Salus Populi Romani, a quien ha encomendado los niños de Oncología y Neurocirugía y a todos los que sufren la enfermedad o la pérdida de sus seres queridos –ya que a la salida del hospital abrazó a una pareja que ha pedido a su hija esta noche–, según ha informado el Vaticano.
El paciente dio muestras de su mejoría este 31 de marzo cuando visitó por la tarde el área de oncología pediátrica del centro médico durante media hora. Entonces a Francisco se le pudo ver sonriente y sin ningún signo de cansancio, si bien caminaba ayudado por el andador. Además de repartir regalos a varios niños, bautizó a uno de ellos, Miguel Ángel. Antes, esa misma mañana, en un comunicado la Santa Sede había clarificado que el jueves 30 de marzo, “tras una intervención explícita de los médicos que atienden al Pontífice, se sabe con certeza que padece ‘bronquitis infecciosa’ y, por tanto, está sometido a una terapia de antibióticos administrados por vía intravenosa”.
Matteo Bruni, director de la Sala Stampa, también informó que la primera jornada completa del pontífice en el hospital “transcurrió bien, con evolución clínica normal. Por la noche, el papa Francisco cenó, comiendo pizza, junto a quienes lo asisten en estos días de hospitalización: médicos, enfermeras, auxiliares y personal de la gendarmería estuvieron presentes con el Santo Padre. Esta mañana, después del desayuno, leyó algunos periódicos y volvió al trabajo”.
Previamente, tras la primera noche, el Vaticano ya advirtió que el cuadro clínico del papa Francisco “mejora gradualmente y continúan los tratamientos programados”. El mismo jueves por la mañana el Papa “después de desayunar, leyó algunos diarios y reanudó el trabajo”. Además, “antes del almuerzo se dirigió a la pequeña capilla del apartamento privado, donde rezó y recibió la Eucaristía”. “Francisco está conmovido por los tantos mensajes recibidos y expresa su propia gratitud por la cercanía y la oración”, destacaban desde el Vaticano.
Bergoglio se asustó e hizo saltar las alarmas en su entorno cuando el miércoles, tras la comida y una audiencia general que transcurrió con total normalidad, manifestó que tenía un dolor en el pecho cuando ya se encontraba en su residencia de Santa Marta. Así lo relataba la vaticanista Elisabetta Piqué en el diario La Nación. Al parecer, Francisco compartió este hecho a su asistente sanitario personal, Massimiliano Strappetti, que le aconsejó ir inmediatamente al hospital Gemelli para someterse a una revisión.
Trasladado en ambulancia, después de realizarle las pertinentes pruebas, descartaron que fuera un problema de gravedad que estuviera relacionado tanto con una afección cardiaca como con la operación de divertículos en el intestino de la que fue operado hace dos años. Tras un extraño comunicado que hablado de pruebas anteriormente programadas, la Santa Sede el 29 de marzo señaló en un comunicado a última hora de la tarde que los diferentes “exámenes” a los que fue sometido por los especialistas médicos dictaminaron que se trata de “una infección respiratoria”, si bien se excluye que se trate de coronavirus. Eso sí, los facultativos anunciaron que Francisco “precisará algunos días de oportuna terapia médica hospitalaria”.