La escultura dedicada a Juan Pablo II que está ubicada en la localidad polaca de Lodz, ha sido profanada. Cubierta de pintura roja y amarilla por la acción de un spray, sobre la imagen del Papa Wojtyla se puede leer el mensaje ‘Máxima culpa’.
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Este acto vandálico se interpreta como una respuesta a ls acusaciones de encubrimiento de abusos que surgieron en las últimas semanas a raíz de un documental de investigación de una televisión polaca que apuntaba a cierta inacción y opacidad del pontífice frente a la pederastia clerical durante su misión al frente del arzobispado de Cracovia entre 1964 hasta 1978, cuando fue elegido Papa. Así, el canal polaco TVN24, a través de ‘Franciszkanska 3′ (dirección del domicilio de Wojtyla) se detalla el supuesto encubrimiento a tres sacerdotes.
Apertura de los archivos
Además, la expresión vertida sobre el monumento hace referencia directa al libro publicado por el periodista belga Ekke Overbeek y titulado ‘Máxima culpa. Juan Pablo II lo sabía’. La polémica generada en Polonia ha sido tal que los obispos han anunciado la apertura de los archivos eclesiales, desde el convencimiento de que se probará la rectitud de Juan Pablo II ante esta lacra.
El ministro de Asuntos Exteriores polaco, Zbigniew Rau, ha condenado los hechos, “un elemento de guerra híbrida” y “un intento de dividir a la gente que no tiene en cuenta nuestras señas fundamentales de identidad”.
Este ataque coincide además con los 18 años de la muerte del pontífice. Esta efemérides ha llevado a miles de personas a salir a la calles de varias ciudades polacas para homenajearle, amén de misas y vigilias conmemorativas. Solo en Cracovia han participado más de 10.000 personas en una marcha que se celebró a pesar de la lluvia.