Como se ha hecho costumbre en la mayoría de las diócesis de Chile, durante el mes de marzo realizan procesos participativos que culminan en una asamblea diocesana para definir las prioridades y líneas de acción que guiarán el quehacer pastoral durante el año. Con metodologías diversas, los resultados de la reflexión en parroquias y decanatos consideran también las evaluaciones del año pastoral anterior, realizadas durante el mes de enero.
En Puerto Montt, la Asamblea Arquidiocesana se realizó durante la mañana del sábado 1° de abril con el lema motivador: “Por una Iglesia Sinodal, Profética y Esperanzadora”. En ella participaron consagrados, coordinadores parroquiales y de movimientos quienes entregaron resultados del tiempo de escucha de las diferentes comunidades y reflexión sobre los avances en la Iglesia y cómo los cristianos viven su fe.
El arzobispo Fernando Ramos dijo a la asamblea que “este proceso en Chile se enmarca en el proceso de la Iglesia universal. El Papa nos invitó a participar en el proceso del Sínodo con el tema de la sinodalidad”. Agrego: “somos una Iglesia y la Iglesia es el pueblo de Dios, vamos juntos, vamos trabajando juntos. La parte previa del Sínodo se ha trabajado con las comunidades en las diócesis, para luego hacer una síntesis nacional que se envió a Roma para luego pasar a la fase continental: América Latina y el Caribe, realizando cuatro encuentros regionales”.
En la diócesis de Rancagua, su extensión motivó a realizar esta asamblea en tres lugares a los que concurrieron más de 100 participantes a cada uno. El obispo Guillermo Vera señaló que esto permite que “se conozcan todos los sacerdotes y sus agentes pastorales para trabajar más en equipo, poner metas comunes, aunar fuerzas y aprovechar todos los talentos que el Señor nos regala en las distintas comunidades”. El obispo concluyó presentado las prioridades pastorales: misión, formación, caridad y catequesis, iluminándolas con la lectura de la Palabra de Dios.
Juvenal Galaz, vicario pastoral de la diócesis, dijo a los participantes que “queremos seguir viviendo la sinodalidad a la que nos ha invitado el papa Francisco; no nos desapegamos de esa principal motivación y juntos queremos enfrentar algunos desafíos, que son también la cosecha de lo que ha sido la participación de las personas de la diócesis en este mismo proceso sinodal. Esas inquietudes que nos han manifestado en este proceso las hemos convertido en nuestras prioridades pastorales para este año”.
En la diócesis de Talca, el obispo Galo Fernández recordó que estos años recientes han sido difíciles y convulsionados en el país y en la Iglesia, pero también fecundos en diálogo y escucha. “No somos un espacio para apoyarnos mutuamente y protegernos del mundo, dijo el obispo. La Iglesia está en función del mundo, para servirlo con el tesoro del evangelio, lo que tenemos entre manos es lo que el mundo necesita, Jesucristo, su Palabra.
En este tiempo tan paradojal en que tenemos tanto acceso a información y al conocimiento de las materias más diversas, al hombre y la mujer de nuestro tiempo les falta el conocimiento de lo fundamental: saber quiénes somos, saber quién es el origen de todo, saber cuál es el sentido de la vida”. Llamó a avanzar “en el encuentro con Cristo y cultivar una comunidad que viva con el estilo de Jesús. Una Iglesia en la cual se respira el perfume de Jesús, se vuelve de inmediato atractiva, contagiosa y misionera”, concluyó el pastor.
Unos 600 participantes trabajaron durante el sábado 25 de marzo en esta asamblea diocesana, guiados por el Vicario de Pastoral, Cristián Avendaño.
El mismo sábado, más de 300 personas se reunieron en La Serena con el lema ‘Una Iglesia que escucha, aprende y camina unida’. Allí los temas centrales fueron familia y vocaciones ya que las Orientaciones Pastorales aprobadas para el período 2015-2022 fueron prorrogadas hasta el 2025. A su término, José Luis Flores, Vicario de Pastoral, calificó el encuentro como una experiencia enriquecedora que “se desarrolló en comunión y corresponsabilidad, donde además se pudo constatar el espíritu de Dios presente en la fraternidad y el trabajo grupal. Todos fuimos convocados bajo una misma vocación”, dijo el Vicario.
También en los extremos del país, las diócesis de Arica, Calama y Punta Arenas tuvieron sus asambleas diocesanas. Arica, como Calama, que realizaron esta actividad por primera vez, en sus conclusiones marcó tres acciones de cómo ser Iglesia hoy: acogida y cercanía, participación y compromiso e inclusión y ser iglesia en salida. En Punta Arenas, por su parte, se reunió el Consejo de Pastoral Diocesano con participación de los coordinadores parroquiales, colegios de Iglesia, sacerdotes y religiosas, además de los dirigentes sociales de las agrupaciones de Juntas de vecinos y del voluntariado. En el encuentro, el obispo local Óscar Blanco presentó la razón de ser y el sentido del consejo diocesano de pastoral; luego el vicario general expuso las líneas guía y de acción pastoral, fruto del discernimiento comunitario realizado en las últimas asambleas.
En Iquique, ante 580 participantes que trabajaron durante todo el sábado 25 de marzo, el obispo Isauro Covili, ofm, señaló: “hoy (es un hoy pascual) se terminó la pasividad, hoy se terminó la indiferencia, se renueva la esperanza, se inicia desde hoy una nueva aurora misionera, como reza la oración de preparación a esta Asamblea diocesana y el lema inspirador: “Debemos ser una Iglesia sinodal, profética, pobre, fraterna, esperanzadora y misionera”. Al concluir la asamblea el obispo señaló: “este camino sinodal conducido por el Espíritu Santo, continua ahora en cada parroquia, en las comunidades y también continua en cada familia, continua en los movimientos, en los colegios”.
En la diócesis de Copiapó, los 350 participantes vivieron una inédita experiencia espiritual cuando su obispo, Ricardo Morales, les invitó a bendecir con un gesto de las manos a los sacerdotes y diáconos presentes. Luego recibieron el plan pastoral de la diócesis, fruto del Sínodo que realizó la Iglesia en Atacama desde octubre de 2021. Las prioridades del trabajo para este año son: Consejos pastorales parroquiales; catequesis y comunidades cristianas de base; Jóvenes; inclusión; y formación.
La Asamblea de la Iglesia diocesana de Valdivia retomó lo trabajado en dos asambleas sinodales del año pasado (septiembre y diciembre) en las que se definieron cuatro núcleos prioritarios: familia; comunidad parroquial y organismos diocesanos; jóvenes y niños; y el protagonismo de la mujer. Tuvieron como lema: “Ensancha el espacio de tu tienda” (Is 54,2) tomado del documento preparatorio de la etapa continental del Sínodo mundial, que les animó a reflejar el espíritu nuevo de ensanchar no sólo los espacios, sino la mente y el corazón a nuevas iniciativas, servicios, ministerios, carismas y vocaciones.
En la Eucaristía conclusiva de la Asamblea, el obispo de Valdivia, Santiago Silva, también pidió a los participantes bendecir a los consagrados quienes, en humilde actitud, la recibieron del pueblo al que están llamados a servir.