Todas las parroquias del país dan a conocer su programación especial para Semana Santa con diversas actividades religiosas según la tradición de cada lugar. En especial el Viernes Santo, feriado en Chile, permite a muchas parroquias programar retiros espirituales de medio o un día y actividades litúrgicas propias para esta ocasión, tales como la Liturgia de las 3 horas, la Hora Santa y Liturgia o adoración de la Cruz.
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Además, el Viacrucis, oración que programan casi todas las parroquias, capillas e, incluso, colegios católicos. En muchas ciudades y pueblos suelen verse procesiones por las calles que lo rezan con estaciones preparadas, a veces en lugares simbólicos del barrio.
Esta forma de oración ha sido también propia y central en la vida de muchas comunidades de sectores populares, realizada públicamente desde la dictadura, con alto riesgo para sus participantes. Una que vincula a muchas de ellas es el Viacrucis a Villa Grimaldi, que centro de tortura en la dictadura militar.
Viacrucis a Villa Grimaldi
Desde el 16 de octubre de 1998 al 2 de marzo de 2000, el general Augusto Pinochet estuvo detenido en Londres por orden del juez de la Audiencia Nacional de España, Baltasar Garzón, por considerarlo implicado en delitos de genocidio, terrorismo internacional, torturas y desaparición de personas ocurridos durante la dictadura militar que él presidió.
Este hecho conmovió a muchos sobrevivientes de la dictadura. El sacerdote Mariano Puga fue uno de ellos. Había estado detenido en el Cuartel Terranova de la Dirección de Inteligencia Nacional (DINA) que ahora es el Parque por la Paz Villa Grimaldi. El Viernes Santo de 1999 inició un Viacrucis por las calles que conducen a ese Parque, entonces Villa Grimaldi, para hacer memoria de su vivencia y visibilizar la impunidad que cubría los crímenes de lesa humanidad que allí se habían cometido. Pronto miembros de otras comunidades y víctimas de la dictadura empezaron a acompañarlo.
Desde entonces se realiza cada año con el apoyo de la Comunidad Ecuménica Martin Luther King en su organización.
Fortalece la espiritualidad liberadora
Patricio Véjar Mercado ha sido fundador e integrante de la Asamblea Nacional por los Derechos Humanos, de la Comunidad Ecuménica Martin Luther King y es director de la Asociación Chilena de Organizaciones No Gubernamentales (ACCION). Siendo un principal coordinador de este Víacrucis, Vida Nueva le consultó por el impacto que aún tiene esta oración en sus participantes. Nos dijo: “El Víacrucis Popular a Villa Grimaldi es el momento y el lugar de encuentro más importante para el cristianismo popular y sus comunidades. También convoca al mundo de los derechos humanos, permitiendo un encuentro enormemente valorado por los y las participantes que hemos vivido a lo largo de estos años momentos de intensa presencia del Espíritu que ha continuado fortaleciendo la espiritualidad liberadora que está a la base de las comunidades”.
Siendo una actividad religiosa realizada por católicos, Véjar lamenta que no es reconocida por la Iglesia de Santiago. “Desde el año 1991 cuando el arzobispo (Carlos) Oviedo demandó la disolución de la Coordinadora de Comunidades Populares y formamos la Asamblea de Coordinación Ecuménica y luego la Comunidad Ecuménica Martin Luther King, la Iglesia de Santiago ha optado por ignorar las actividades organizadas para unir la religiosidad liberadora con los derechos humanos y la memoria”, confiesa.
Promoción de los derechos humanos
Este año, unas 400 personas rezaron las estaciones del Viacrucis por la calle que conduce al Parque por la Paz Villa Grimaldi. Este parque fue una antigua casa de la administración de una gran hacienda ubicada en los faldeos cordilleranos de Santiago, actual comuna de Peñalolén. En 1940 la Hacienda comenzó a vender terrenos, y en 1950 vendió esta casa y el parque adyacente. El último de sus dueños desde 1964 fue Emilio Vassallo quien la restauró y alhajó. La dictadura militar lo obligó a venderla y la convirtió en el Cuartel Terranova, principal centro secreto de secuestro, tortura y exterminio a cargo de la DINA desde 1974. Allí funcionaba la Brigada de Inteligencia Metropolitana encargada de la represión en la ciudad de Santiago.
Con el retorno de la democracia en Chile, el Ministerio de Vivienda y Urbanismo expropió esta propiedad, fue restaurada y desde diciembre de 1994 abre sus puertas. Se decidió, entonces, construir un parque de recuerdo, reflexión y promoción de los Derechos Humanos, destacando la vida y la paz en lo que había sido un lugar de muerte y sufrimiento.
El 22 de marzo de 1997 fue inaugurado el Parque por la Paz Villa Grimaldi. Su propósito es que las personas que deseen recordar a familiares y amigos que pasaron por Villa Grimaldi cuenten con un lugar de encuentro y recogimiento, además ofrecer un espacio de reflexión para quienes se interesen en conocer más sobre el terrorismo de Estado ejercido por la dictadura, entregar recursos pedagógicos para quienes se interesan en la educación en Derechos Humanos y especialmente ser un referente para las nuevas generaciones.