Primera Semana Santa con las procesiones prohibidas de facto en la Nicaragua de Daniel Ortega. Tras algunas sanciones, incluyendo la expulsión de un sacerdote panameño, los fieles nicaragüenses han respondido al Gobierno abarrotando los atrios de los templos y catedrales para los viacrucis de este Viernes Santo. Según la agencia Efe, decenas de miles de nicaragüenses se han sumado a los actos religiosos de este día.
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Ante un Cristo vandalizado
El caso más llamativo ha sido el de la Catedral Metropolitana de Managua, que acogió a miles de católicos que se congregaron a sus puertas para participar en el tradicional viacrucis penitencial. Una celebración devocional que se celebró en el templo y en un lateral exterior y que estuvo presidido por el cardenal Leopoldo Brenes, arzobispo local.
Para dicha celebración se empleó la imagen llamada de la Sangre de Cristo que se venera en una capilla incendiada en 2020 en un acto que la diócesis siempre ha denunciado como acto terrorista. La celebración de los Vía Crucis de este Viernes Santo era un momento clave ya que la orden del Gobierno que preside Daniel Ortega y su esposa, Rosario Murillo, fue trasladada a través de la policía con motivo precisamente de este tipo de devociones que se repiten cada viernes de Cuaresma. Una prohibición que responde a las declaraciones contra el régimen político de Nicaragua en una de las entrevistas del papa Francisco.