Vaticano

El papa Francisco propone el arma infalible para luchar contra el demonio

  • El Pontífice ha respondido a las preguntas del periodista Fabio Marchese, quien acaba de publicar el libro ‘Exorcistas contra Satanás’
  • “Cuando era arzobispo de Buenos Aires, tuve varios casos de personas que venían a mí diciendo que estaban endemoniadas”, asegura





“El demonio busca siempre el fracaso del hombre, pero no tiene esperanza si hay oración”. Así responde el papa Francisco al periodista Fabio Marchese en una entrevista inédita –y adelantada por Vatican News– que contiene en su nuevo libro, ‘Exorcistas contra Satanás’ (Piemme), que ve la luz en las librerías hoy, 11 de abril.



En el libro, Marchese pregunta al Papa acerca del testimonio de una monja poseída, quien, refiriéndose al propio Francisco, habría dicho: “Lo odio, siempre habla mal de mí. ¿Has visto cuántos problemas le creo?”. “No conozco el caso personalmente y, por tanto, no puedo dar una valoración”, responde el Papa. “Pero, es realmente posible que yo moleste al diablo porque intento seguir al Señor y hacer lo que dice el Evangelio. Y eso le molesta. Al mismo tiempo se alegra ciertamente cuando cometo algún pecado”, añade.

Francisco asegura, a su vez, que él nunca ha practicado ningún exorcismo, pero sí que, cuando era arzobispo de Buenos Aires, tuvo “varios casos de personas que venían a mí diciendo que estaban endemoniadas”. “Los mandé a consultar a dos buenos sacerdotes especialistas: no son curanderos, sino exorcistas”, explica, quienes “me contaron después que de esas personas, sólo dos o tres eran realmente víctimas de posesión diabólica. Los demás sufrían de obsesión diabólica, que es una cosa muy distinta porque no tenían el diablo en el cuerpo. Hay que precisar esto”.

“Hace falta discernimiento”

En cuanto a si hay que temer al diablo, el Papa señala que “hay demonios muy peligrosos, y hablo de los demonios ‘educados’. Jesús también habla de ellos, lo leemos en el Evangelio de Lucas: dice que cuando el mal espíritu es expulsado, vaga por el desierto buscando alivio. Pero llega un momento en que se aburre y vuelve a “casa”, de donde había sido expulsado, y ve que la casa está arreglada, es hermosa, tal como era cuando él estaba dentro”.

En ese momento, “va a buscar a otros demonios más malos que él, los trae, entran en la casa, educadamente, tocan el timbre, toman posesión educadamente. El alma, por no cuidarse de hacer examen de conciencia, no repara en ellos. O por tibieza espiritual los deja entrar. Estos son terribles porque te matan. Es la posesión más fea”.

“La mundanidad espiritual cubre todas estas cosas”, insiste el Papa. “No hay escapatoria: el demonio o destruye de forma directa con guerras e injusticias o lo hace educadamente, de forma muy diplomática, como dice Jesús. Hace falta discernimiento”.

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Alicia Ruiz López de Soria, ODN







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